'El viaje a ninguna parte', cuarto disco en solitario de Bunbury

El cantante considera que es una travesía física, personal y musical

El viaje a ninguna parte, como una obra de Fernando Fernán-Gómez, se llama el nuevo disco de Bunbury, cuarto de su carrera en solitario tras abandonar Héroes del Silencio. Se trata de un disco viajero que el músico aragonés entiende de varias maneras: el viaje físico, el interior y el musical. El lunes día 17 de mayo se pone a la venta, casi al tiempo que inicia una gira por España, y después por Latinoamérica.

"Hay varias lecturas del viaje", explica Enrique Bunbury, "una es la física, la que hago mientras grababa el disco. Otra es el contado a través de los textos, el viaje int...

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El viaje a ninguna parte, como una obra de Fernando Fernán-Gómez, se llama el nuevo disco de Bunbury, cuarto de su carrera en solitario tras abandonar Héroes del Silencio. Se trata de un disco viajero que el músico aragonés entiende de varias maneras: el viaje físico, el interior y el musical. El lunes día 17 de mayo se pone a la venta, casi al tiempo que inicia una gira por España, y después por Latinoamérica.

"Hay varias lecturas del viaje", explica Enrique Bunbury, "una es la física, la que hago mientras grababa el disco. Otra es el contado a través de los textos, el viaje interior, la montaña rusa emocional; y otro el musical, con los diferentes palos que toco en el disco, que es un recorrido por buena parte de América, desde Argentina hasta Chicago, pasando por México, el Caribe, la música andina, centroamericana y la fronteriza".

Bunbury es de los que creen que la importancia del viaje está en su recorrido, no en la meta en sí. Sin embargo, viajar sin destino concreto parece que hoy en día sólo se lo pueden permitir los millonarios, o los colgados. Él lo tiene claro: "Cada cual que viaje como quiera o pueda, pero estoy más cerca del colgado, me imagino, pues de burgués no tengo nada. Viajar es una forma de vida, y a mí lo que me gusta es viajar, que es a lo que me dedico en la vida. Y luego, para conseguir el pan y el dinero del billete hago canciones. Afortunadamente, consigo el suficiente para poder viajar y poder volver".

Para Bunbury, su nuevo disco enlaza con sus dos anteriores, Pequeño y Flamingo, pero con matices: "Pequeño era más mediterráneo, árabe, italiano o francés; Flamingo, más mexicano, como éste, aunque ahora abordo otros palos latinos que nunca había utilizado". No cree, a pesar de su origen y trayectoria, que sea un disco rockero: "No hay nada de rock, y se ha grabado sin ninguna técnica actual, todo a lo antiguo. Sin embargo, es el disco de un rockero, es decir, yo me acerco a la música andina o mexicana como músico rockero, no como étnico".

Frente a la simplicidad de la música del nuevo disco, el dramatismo, y cierto matiz histriónico, vuelve a ser su manera de cantar, que recuerda más a sus tiempos de Héroes que a la sencillez de sus obras en solitario: "He evitado la sencillez a la hora de cantarlo. Ha sido premeditado y he pensado en los grandes que me gustan, Chavela o Goyeneche: si quieres conseguir dramatismo, no lo puedes conseguir con la voz de Jeanette, que sirve para otras cosas, como la inocencia; yo pensaba en Dylan, Tom Waits, Otis Reading... Era importante por la extensión de los textos, y ahí no puedes ser ni tranquilo ni naïf. No creo que cante como en tiempos de Héroes, que lo hacía de forma más plana, y las canciones son ahora mucho más bonitas que las de Héroes. Además, uno tiene la voz que tiene; ya me hubiera gustado a mí tener la de María Callas".

Enrique Bunbury, en Madrid.F. I.
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