Maradona recobra la consciencia y habla con su familia

Diego Armando Maradona alzó lentamente sus párpados, como si apartara un negro y pesado telón de fondo, y la luz de sus ojos alumbró de color y risas la corte de los milagros que se extiende a sus pies, cuatro pisos más abajo de la ventana de la sala de cuidados intensivos de la clínica en la que se encuentra. Respondió con una mirada a la voz de su ex esposa, Claudia Villafañe, que pasó días y noches a su lado. Ella le rescató al fin del sopor profundo en el que estuvo sumido durante más de siete días. Los médicos dicen que todavía no se pueden hacer pronósticos sobre el plazo que demandará s...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Diego Armando Maradona alzó lentamente sus párpados, como si apartara un negro y pesado telón de fondo, y la luz de sus ojos alumbró de color y risas la corte de los milagros que se extiende a sus pies, cuatro pisos más abajo de la ventana de la sala de cuidados intensivos de la clínica en la que se encuentra. Respondió con una mirada a la voz de su ex esposa, Claudia Villafañe, que pasó días y noches a su lado. Ella le rescató al fin del sopor profundo en el que estuvo sumido durante más de siete días. Los médicos dicen que todavía no se pueden hacer pronósticos sobre el plazo que demandará su recuperación definitiva, pero que la evolución continúa siendo favorable.

El paciente habla, come y respira por sí mismo en algunos momentos del día aun cuando recurre todavía a la máscara de oxígeno. Sonrió a sus hijas, las invitó a cenar cuando salga del centro sanitario en el que le ingresaron de urgencia hace diez días y preguntó a los médicos cuándo creen que eso podrá ser. El tono de su voz está afectado por el respirador mecánico que le mantuvo con vida durante una semana, permanece conectado a los aparatos que controlan su ritmo cardíaco y duerme todavía muchas horas aunque la medicación sedante fue reducida a dosis mínimas.

Maradona no recuerda todavía cuándo, ni cómo, ni por qué, se descompuso. Pero nadie habla ya de eso. Ni dentro ni fuera de la clínica. La ilusión de todos sus seguidores es volver a verle como antes, "no importa cómo, pero vivo". Se reunirán el próximo sábado alrededor del Obelisco, en pleno centro de Buenos Aires, para desplegar un banderazo de cantos, pancartas, camisetas con su imagen y pintadas.

La legión extranjera de Argentina, que juega hoy un partido amistoso frente a Marruecos, redactó para él un mensaje de aliento sucrito por todos los jugadores, el entrenador y los auxiliares. Algunos proponían también saltar al campo con una pancarta, como hicieron la mayoría de los equipos argentinos durante la última jornada de Liga, para que fuera recogida por la televisión y difundida a todo el mundo.

Archivado En