Un disco recupera el legado de Faustino Santalices

El legado del músico y abogado orensano Faustino Santalices (1877-1960) ya conoce el soporte digital. La discográfica pontevedresa Boa ha publicado un volumen con las dos históricas grabaciones que Santalices registró en 1927 y 1949 para rescatar del más completo olvido el sonido telúrico y medieval de la zanfona. La edición incluye las 16 piezas publicadas originalmente en los discos de pizarra y otras dos -Marcha procesional y Antiga alborada popular- que permanecían inéditas desde las sesiones de 1949.

La zanfona es un instrumento de cuerda frotada donde el roce se prod...

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El legado del músico y abogado orensano Faustino Santalices (1877-1960) ya conoce el soporte digital. La discográfica pontevedresa Boa ha publicado un volumen con las dos históricas grabaciones que Santalices registró en 1927 y 1949 para rescatar del más completo olvido el sonido telúrico y medieval de la zanfona. La edición incluye las 16 piezas publicadas originalmente en los discos de pizarra y otras dos -Marcha procesional y Antiga alborada popular- que permanecían inéditas desde las sesiones de 1949.

La zanfona es un instrumento de cuerda frotada donde el roce se produce con una rueda de madera que se hace girar mediante una manivela. Sus orígenes se remontan a los organístrum del siglo X, unos artilugios que precisaban de una pareja de intérpretes, tal y como inmortalizó el maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria. Durante centurias, la zanfona fue un instrumento callejero (el favorito de los ciegos), juglaresco y hasta cortesano, pero su existencia, a principios del siglo XX, se reducía a la de un pintoresco objeto de museo. La figura de Santalices resultó decisiva para que haya podido perdurar hasta nuestros días.

"Faustino no sólo logró difundir un instrumento desconocido, sino también dignificarlo", resume Julio García Bilbao, integrante de la Asociación Ibérica de la Zanfona. Y agrega: "Consciente de sus posibilidades tímbricas, también supo ampliar el repertorio de la zanfona a canciones que no se habían escrito específicamente para ella".

El zanfonista Rafa Martín, fundador de los grupos La Musgaña y La Bruja Gata y autor de un disco en solitario, En la espalda del gigante (2002), asegura que Santalices "tuvo el mérito enorme de inventarse una técnica para un instrumento que ya nadie sabía cómo funcionaba". "En su época", añade, "la zanfona era un tótem, un objeto legendario del que la gente hablaba con el respeto propio de los mitos. Él aportó el único destello de luz en la larga noche oscura del instrumento".

El disco de Boa, Gravacións históricas de zanfona, 1927-1949, está prologado por Antón Seoane, líder del grupo Milladoiro y responsable de un libro sobre Santalices.

Seoane se confiesa fascinado por el personaje, sobre todo a raíz de sus sesiones de 1949 en un estudio de la madrileña calle de Colón. "Aquel hombre de 72 años lo grabó todo sin descansos ni retoques, cantando y tocando a la vez, pero transmite una fuerza inaudita. Ni siquiera mide con precisión, pero todo resulta vigoroso y muy emocionante", afirma En su último disco, Milladoiro recreó el Alalá das mariñas a partir de la grabación de Santalices, "y a más de uno", desvela Seoane, "se le acabó escapando alguna lagrimilla".

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