Crítica:MÚSICA DE CÁMARA

Matrícula de honor

Hay críticas que da gusto escribir, y ésta es una de ellas. Desde que aparecieran por Barcelona para ofrecer un ciclo Schubert que un servidor escuchó a través de Radio Clásica, los chicos del Cuarteto Casals -producto señero de la Escuela Reina Sofía- se convirtieron en una de las grandes promesas de la música española.

Cuando ganaron los concursos de Londres y Hamburgo, recordaron que ahí seguían. Luego grabaron los cuartetos de Arriaga, que se han hartado de tocar, para que viéramos que las casas de discos les empezaban a hacer caso.

Por fin, el sábado, en el Liceo de Cámara, ...

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Hay críticas que da gusto escribir, y ésta es una de ellas. Desde que aparecieran por Barcelona para ofrecer un ciclo Schubert que un servidor escuchó a través de Radio Clásica, los chicos del Cuarteto Casals -producto señero de la Escuela Reina Sofía- se convirtieron en una de las grandes promesas de la música española.

Cuando ganaron los concursos de Londres y Hamburgo, recordaron que ahí seguían. Luego grabaron los cuartetos de Arriaga, que se han hartado de tocar, para que viéramos que las casas de discos les empezaban a hacer caso.

Por fin, el sábado, en el Liceo de Cámara, vinieron a los exámenes finales y dejaron al tribunal con los ojos como platos.

Los progresos del Cuarteto Casals han sido asombrosos en los últimos años, casi diríamos en los últimos meses, a tenor de lo escuchado en Madrid en un programa duro de veras y frente a un público que se las sabe todas.

Cuarteto Casals

David Quiggle, viola. Obras de Schönberg, Zemlinski y Bruckner. Liceo de Cámara. Auditorio Nacional. Madrid, 17 de abril.

Las densidades de un Schönberg, el del Cuarteto nº 3, en pleno proceso de no retorno pero mirando todavía atrás sin demasiada ira; el verdadero drama vienés del hipersensible Zemlinski del Cuarteto nº 2; la reducción en su Quinteto en fa mayor de las densidades sinfónicas de Bruckner, como una catedral en miniatura en la que no hay que olvidarse de respirar. Mucha música.

Plena consciencia

Del Cuarteto Casals se hablaba en futuro. A partir del sábado eso se acabó. Seguirán creciendo, pero han llegado al punto en el que van a ser capaces de madurar desde lo ya hecho con plena consciencia. Tienen, además, una gran virtud: viven el instante, no se lo traen todo aprendido de casa para que no haya sorpresas. Matrícula de honor, pues, para estos cuatro músicos de un pieza.

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