Reportaje:

"¡Oye, que éstos son muy blandos por arriba!"

A la media hora del duelo del Bernabéu, Aloisi, de Osasuna, pidió a su compañero Morales que insistiera con el ataque aéreo

El juego de Osasuna en Chamartín no fue casualidad. El técnico mexicano Javier Aguirre, en un ejercicio de psicología deportiva, ordenó a su delantera que presionara sin descanso durante los primeros veinte minutos para atascar la salida del balón y generar dudas en la línea defensiva del Real Madrid. "Queríamos comerles la moral y que no pudiesen sacar el balón jugado", comentaba ayer el australiano John Aloisi. "Tras esos veinte minutos, podían llegar los goles en contra porque, a priori, nuestra derrota entraba dentro de lo lógico. Sin embargo, en esos primeros instantes teníamos que salir ...

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El juego de Osasuna en Chamartín no fue casualidad. El técnico mexicano Javier Aguirre, en un ejercicio de psicología deportiva, ordenó a su delantera que presionara sin descanso durante los primeros veinte minutos para atascar la salida del balón y generar dudas en la línea defensiva del Real Madrid. "Queríamos comerles la moral y que no pudiesen sacar el balón jugado", comentaba ayer el australiano John Aloisi. "Tras esos veinte minutos, podían llegar los goles en contra porque, a priori, nuestra derrota entraba dentro de lo lógico. Sin embargo, en esos primeros instantes teníamos que salir a por todas, mantener nuestra portería a cero y contar con el mayor número de ocasiones", proseguía. La presión agobiante, ejercida por Moha, Valdo, Morales y el propio Aloisi, desestabilizó a la poco habitual pareja de centrales formada por Mejía y Raúl Bravo, quienes sólo habían comparecido juntos en dos ocasiones durante esta Liga.

Pese a que la presión iba a ser la primera baza esgrimida por los navarros, estos también llegaron a Madrid con una idea clara: tratar de explotar las carencias por alto del conjunto de Queiroz. A su favor jugó la ausencia de Iván Helguera: "El míster nos confirmó que Helguera no iba a saltar al campo a causa de su lesión y que la táctica se debía mantener igual", recuerda Aloisi.

Su compañero en el ataque, el uruguayo Chengue Morales, se convirtió en el peón de zapa de los navarros para lograr huecos entre líneas. Pese a sus 196 centímetros, no peinó ni uno de los balones que Antonio López servía desde la línea lateral. "Durante la sesión del sábado, el equipo trabajó los saques de banda y Javier me pidió que nunca tocara el balón de cabeza, que me limitase a pedirlo y a arrastrar a los defensas para que Valdo pudiese entrar solo desde la segunda línea", asegura Chengue.

El extremo leonés, el más beneficiado por las carencias locales, volvía a su casa deportiva con la lección bien aprendida: "Sabíamos que el Real Madrid pasa apuros por alto y que la clave estaba en controlar las peinadas de nuestros compañeros, que ganaron casi todos los balones divididos". La táctica dio tan buenos resultados que se mantuvo invariable durante los 90 minutos. De esta forma llegaron tres de las oportunidades más claras de Osasuna y el primero de los goles, obra de Valdo. "Las dos veces que tratamos de jugar al pie desde la banda, no nos salió demasiado bien, así que nos decidimos por la directa", bromeaba el goleador y estrella del encuentro de ayer. Aunque la consigna era tratar de desequilibrar el partido por alto, los futbolistas rojillos no se esperaban tantas facilidades y se mostraron incrédulos ante el desaguisado madridista del primer período. "A la media hora, Aloisi se me acercó y me comentó que veía a la defensa muy blanda por arriba, que siguiésemos aprovechándonos de ello. Yo jugué el papel que me habían indicado: pelear mucho en la delantera y dejar que me marcaran para que un compañero quedase libre en el remate", concluye el uruguayo Morales. "No era un partido fácil para Mejía y Raúl Bravo porque son jóvenes y no están acostumbrados a tanta presión. Con el gol en la primera jugada, el partido se nos puso de cara y resultó bastante cómodo y raro, porque no tuvimos excesivos problemas para mantenernos adelante en el marcador", justifica Aloisi.

Aloisi celebra uno de los goles de Osasuna al Madrid.REUTERS

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