Reportaje:

Un baldón sobre los héroes de Berna

Un reportaje acusa de dopaje a la selección alemana que ganó el Mundial 54

Un reportaje del programa Report, en la primera cadena de la televisión pública alemana (ARD), ha arrojado un baldón sobre la memoria de los héroes futbolísticos de Berna, al acusar de dopaje al legendario equipo que el 4 de julio de 1954 se proclamó en la capital suiza campeón del mundo de fútbol tras derrotar por 3-2 a Hungría. Aquella victoria deportiva devolvió un pedazo de orgullo nacional a la Alemania, hundida en la miseria tras el nazismo y la II Guerra Mundial. Cuando está a punto de cumplirse medio siglo de la hazaña y se preparan los fastos correspondientes, cuando ...

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Un reportaje del programa Report, en la primera cadena de la televisión pública alemana (ARD), ha arrojado un baldón sobre la memoria de los héroes futbolísticos de Berna, al acusar de dopaje al legendario equipo que el 4 de julio de 1954 se proclamó en la capital suiza campeón del mundo de fútbol tras derrotar por 3-2 a Hungría. Aquella victoria deportiva devolvió un pedazo de orgullo nacional a la Alemania, hundida en la miseria tras el nazismo y la II Guerra Mundial. Cuando está a punto de cumplirse medio siglo de la hazaña y se preparan los fastos correspondientes, cuando El milagro de Berna, una película de ficción sobre el tema, lleva seis meses en cartel en Alemania con más de 3,5 millones de espectadores, un reportaje periodístico ha mancillado el hito más sagrado de la historia del deporte alemán.

Un conserje relata que encontró ampollas abiertas al limpiar el vestuario de los alemanes

Lo de Berna fue mucho más que la victoria en un mundial de fútbol.Los viejos aficionados recitan en Alemania de memoria la alineación de los Turek, Morlock, Rahn, el gran capitán Fritz Walter y compañía que, contra todo pronóstico, derrotaron en la final del Mundial a la maravillosa Hungría de los Puskas, Koscis y Czibor.

Hasta no hace mucho se podían comprar discos con el relato radiofónico de la final y escuchar al locutor cómo cantaba el tercer gol de Rahn [Turek]. El canciller alemán Gerhard Schröder, que este mes cumple 60 años, lloró como una magdalena al ver el melodrama El milagro de Berna.

Y ahora resulta que la victoria se debió no sólo a los dos goles de Rahn, sino también a una jeringuilla con dudoso contenido. Report ha sacado a relucir este lunes las declaraciones de Walter Brönimmann, conserje del Wakdorfstadion de Berna, que había guardado silencio durante medio siglo. Relata el conserje que, al limpiar el vestuario de los alemanes, "encontré algunas ampollas con algo que debía estar prohibido. No sé lo que era". Brönimmann entregó las ampollas a un amigo, que le conjuró para guardar un silencio que acaba de romper.

Los periodistas han interrogado al entonces médico de la selección, Franz Loogen, de 84 años, convertido en cardiólogo famoso. Loogen relata que al regreso de una gira por Suramérica Rahn le contó que los brasileños tomaban algo antes de los partidos y preguntó "si no podíamos nosotros hacer algo". Añade el médico: "Se discutió el tema y se nos ocurrió el truco de inyectarles vitamina C y nada más". El médico había leído sobre experimentos con ratas que aumentaban su resistencia y nadaban mucho más tras inyectarlas con esa vitamina.

Dicho y hecho. Los alemanes corrieron como demonios y derrotaron a los asombrados húngaros, que tan sólo unos días antes en la primera ronda habían ganado por 8-3 a Alemania. Ya por aquel entonces los húngaros lanzaron la acusación de que los alemanes habían jugado estimulados.

Los héroes de Berna no tuvieron muy buena suerte en sus vidas. El fútbol entonces era un deporte casi aficionado en Alemania y muy pocos hicieron fortuna. Casi sólo Fritz Walter disfrutó hasta el fin de su vida de una posición privilegiada como capitán de honor de la selección alemana y figura cotizada en la publicidad. Sólo tres de los campeones mundiales de 1954 quedan con vida y se han apresurado a negar la acusación de dopaje, aunque con matices, en declaraciones a Bild Zeitung.

A raíz del mundial, el capitán Fritz Waler y otros siete futbolistas de la selección cayeron enfermos de hepatitis. Dos de los seleccionados, Liebrich y Herrmann, murieron de cirrosis. Para añadir un toque de misterio, Herrmann, que no probaba el alcohol, murió de esa enfermedad a los 39 años. Todo parece indicar que la hepatitis se produjo por la escasa higiene de aquellos tiempos sin jeringuillas y agujas desechables.

Walter, capitán alemán, y Puskas, con el número 10, antes del comienzo de la final Alemania-Hungría. / PRESSE SPORTS

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