MATANZA EN MADRID | Las víctimas

SUSANA BALLESTEROS IBARRA / Gemela, pero única

Susana, interventora de banco de 42 años, nació 15 minutos antes que su hermana gemela, Melania. La complicidad que las unió toda su vida se cortó el 11-M. En su niñez, cuando se rebelaban ante la insistencia de su madre por vestirlas con prendas idénticas, ya se atisbaba su deseo de ser ella misma. A partir de los ocho años, ya no se vistieron igual y "nunca jugaron a confundirse", recuerda la madre. Pero el lazo entre las dos, aunque invisible, era evidente. "Con una mirada se podían decir mil palabras", relata Juan, el marido de Susana.

Su vida empezaba a cambiar. Aunque trabajaba en...

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Susana, interventora de banco de 42 años, nació 15 minutos antes que su hermana gemela, Melania. La complicidad que las unió toda su vida se cortó el 11-M. En su niñez, cuando se rebelaban ante la insistencia de su madre por vestirlas con prendas idénticas, ya se atisbaba su deseo de ser ella misma. A partir de los ocho años, ya no se vistieron igual y "nunca jugaron a confundirse", recuerda la madre. Pero el lazo entre las dos, aunque invisible, era evidente. "Con una mirada se podían decir mil palabras", relata Juan, el marido de Susana.

Su vida empezaba a cambiar. Aunque trabajaba en un banco, lo primero era su familia. El matrimonio tenía dos hijos: Sofía, de 11 años, y Javier, de 6. Ahora estaba deseando volver a sus viejas andanzas por el Madrid que tanto le gustaba. "De más jóvenes íbamos a muchos conciertos, al teatro, al cine, siempre a ver películas independientes o alternativas", cuenta Juan. "Ahora queríamos empezar a salir más, volver a disfrutar de las cosas que nos encantaban hace algún tiempo".

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Se conocieron cuando tenían 15 años, mientras veraneaban en El Espinar, en Segovia, pero el noviazgo empezó ocho años después, cuando tenían 24. "Ella siempre decía que lo suyo fue un flechazo, pero que yo la hice esperar mucho", recuerda su marido.

Después de casarse vinieron los dos hijos. Ambos heredaron rasgos propios de Susana: Sofía, su energía, expresividad y vitalidad; Javier, su alegría, sensibilidad y carácter cariñoso.

El día de la boda de Susana, su hermana gemela decidió ir a la peluquería y pidió un corte de pelo que le cambiara totalmente su aspecto. Recuerda Juan que "fue el regalo de Melania, porque siempre quiso ser inconfundible. Susana era única".-

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