MATANZA EN MADRID | Las víctimas

MÍRIAM MELGUIZO MARTÍNEZ / Quería más tiempo con Lucía

Míriam Melguizo había cumplido 28 años el 12 de febrero, pero el día en que iba a festejar su cumpleaños con el de otra amiga tuvo lugar su funeral. Míriam llevaba casada dos años con David y tenían un bebé de nueve meses, Lucía, que esa misma semana había conseguido dar dos pasos "ella solita" por primera vez. Se había metido en una hipoteca para comprarse un piso en Coslada, donde ya vivía con sus padres. Se estaba sacando el carné de conducir porque uno de sus sueños era elegir un coche para llevar a su Lucía a ver animales al zoo o al parque de atracciones. La historia de amor entre Míriam...

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Míriam Melguizo había cumplido 28 años el 12 de febrero, pero el día en que iba a festejar su cumpleaños con el de otra amiga tuvo lugar su funeral. Míriam llevaba casada dos años con David y tenían un bebé de nueve meses, Lucía, que esa misma semana había conseguido dar dos pasos "ella solita" por primera vez. Se había metido en una hipoteca para comprarse un piso en Coslada, donde ya vivía con sus padres. Se estaba sacando el carné de conducir porque uno de sus sueños era elegir un coche para llevar a su Lucía a ver animales al zoo o al parque de atracciones. La historia de amor entre Míriam y David comenzó con un flechazo de los de "nos conocimos en las fiestas de mi pueblo". Míriam vivía en Coslada y David en Alcalá, pero ambos veraneaban en dos pueblecitos de la provincia de Guadalajara. Fue en el de ella, Gárgoles de Arriba, donde se hicieron novios hace 12 años. El grupo favorito de esta chica, "con la sonrisa siempre pegada a la cara", era Alergia, porque los músicos eran de su pandilla, gente de Coslada y Alcalá, y porque David solía contar chistes antes de cada concierto. La noche anterior a la desgracia había hablado por teléfono con su amiga Conchita para planear el verano: Conchita y su familia, con David, Míriam y Lucía, ya verían dónde.

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Hace dos meses, Míriam habló con sus jefes de Iberdrola para entrar a trabajar media hora antes y así poder pasar más tiempo por la tarde con Lucía, su gran obsesión desde que nació. Aquella mañana, y como todas, Míriam desayunó con su familia y se preparó para ir a trabajar. Dio un beso a su hija y se despidió de David con un beso y el guiño íntimo y rutinario de la pareja: "Te quiero mucho y ten cuidadito". Y él le respondió lo mismo.-

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