MATANZA EN MADRID | Las víctimas

MARÍA FERNÁNDEZDEL AMO / Tras una beca Erasmus

Una beca Erasmus en París. Ése fue el último sueño que tuvo María Fernández del Amo, estudiante de 5º curso de Ingeniería Industrial de 25 años, y que nunca pudo cumplir. Las últimas semanas las había pasado muy ajetreada pidiendo cartas de recomendación a sus profesores. "Chicas, éste es el último fin de semana que me como la cabeza con esto", les dijo a sus amigas de la facultad. La beca y la compra de un piso de protección oficial con su novio, Julián, eran sus proyectos de vida. Ella, de momento, vivía con sus padres y sus dos hermanos en Azuqueca de Henares. Con Julián hizo un viaje en co...

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Una beca Erasmus en París. Ése fue el último sueño que tuvo María Fernández del Amo, estudiante de 5º curso de Ingeniería Industrial de 25 años, y que nunca pudo cumplir. Las últimas semanas las había pasado muy ajetreada pidiendo cartas de recomendación a sus profesores. "Chicas, éste es el último fin de semana que me como la cabeza con esto", les dijo a sus amigas de la facultad. La beca y la compra de un piso de protección oficial con su novio, Julián, eran sus proyectos de vida. Ella, de momento, vivía con sus padres y sus dos hermanos en Azuqueca de Henares. Con Julián hizo un viaje en coche justo después de terminar los exámenes de febrero. Fueron a Orleans.

"María era muy alegre, siempre estábamos de risas en clase", dice María, su amiga inseparable. En el aula se sentaban juntas en primera fila. Las llamaban las dos Marías. Ella siempre sonriente, con una lata de Coca-Cola en la mano. Su broma preferida era hacer rimas con todas las frases terminadas en cinco. "¿Qué hora es?", "¿Qué día es mañana?". "Y si la respuesta terminaba en cinco, contestaba lo que te puedes imaginar, y nos partíamos de risa".

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"Yo me quedo con su cara, con entrar en clase y verla sonreír con sus ojos enormes, de un color difícil de describir, verdes, marrones", explica su amiga Ana María.

Estaba inmersa en la lectura de El Código da Vinci. Se pirraba por los dibujos animados de Shin Chan y la comida japonesa. La noche anterior al atentado, María mandó varios correos electrónicos a sus amigas de la facultad. En uno les contaba que el jueves 17 la facultad iba a celebrar la fiesta del patrón y quería que fuesen todas juntas. En otro animaba a su amiga María a que el 11 de marzo ocupasen las dos horas de clase que tenían libres en irse a comer tortitas con nata, su postre favorito.-

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