MATANZA EN MADRID | Las víctimas

FLORENCIO AGUADO ROJANO / "Vivir es algo más que tener los ojos abiertos"

Florencio Aguado era alicatador y vivía en San Fernando de Henares, aunque nació en Tomelloso (Ciudad Real). Los amigos del bar Las Alitas, al que iba todos los días después del trabajo, recuerdan que siempre decía que la vida era algo más que "tener los ojos abiertos" cuando alguien le reprochaba en broma que fumara un cigarro o tomara una caña de más. Con 60 años, "era un cachondo, siempre te reías con él por sus frases y por verle el lado positivo a todo", dice su amiga María José. Si había que hacer una reforma en una casa del barrio o una "chapuza" siempre le llamaban a él porque era "muy...

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Florencio Aguado era alicatador y vivía en San Fernando de Henares, aunque nació en Tomelloso (Ciudad Real). Los amigos del bar Las Alitas, al que iba todos los días después del trabajo, recuerdan que siempre decía que la vida era algo más que "tener los ojos abiertos" cuando alguien le reprochaba en broma que fumara un cigarro o tomara una caña de más. Con 60 años, "era un cachondo, siempre te reías con él por sus frases y por verle el lado positivo a todo", dice su amiga María José. Si había que hacer una reforma en una casa del barrio o una "chapuza" siempre le llamaban a él porque era "muy perfeccionista y trabajador, se pasó todos los fines de semana de un año entero poniéndonos los baños, la cocina y toda la casa nueva. Lo que más le costó fue un plato de ducha especial. No paró hasta que quedó como él quería", cuenta su hijo Vicen, que se casa en agosto.

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Florencio tenía planeado pasar el puente con su mujer, Vicenta, en Alicante, donde vive su hermano y tiene un piso. Al volver a Madrid después de todas las vacaciones, siempre decía que cuando se jubilara Vicenta y él iban a "juntar las pagas con su hermano y su cuñada y se quedarían los cuatro a vivir en la playa, junto al mar, que le encantaba", cuenta Vicen. Su mayor ilusión era ver crecer a su nieto David, de tres años, "que era su locura", dice Loren, su otro hijo, que vive dos pisos más abajo que sus padres y trabajaba en las obras con Florencio. El pequeño salón de su casa está repleto de grandes fotos familiares: la de su boda con Vicenta, que ha perdido en apenas cuatro años a su madre, a su hermana y ahora a su marido. La de David. La de Rosa y Loren. "Es curioso, pero él odiaba el cercanías, decía que le daba asco cada vez que pasaba por delante, por eso no lo cogía casi nunca".-

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