Crítica:CLÁSICA

Clásicos y modernos

La Orquesta de Cámara Franz Liszt, de Budapest, goza de un prestigio tan alto como justo. Nació en 1963 bajo la dirección artística de Frigyes Sandor, al que sucedió su actual director-concertino, Janos Rolla, tan experto en los géneros de cámara como en su calidad de solista, premiada muy pronto con uno de los primeros galardones de la Radio Húngara.

Nos llegó la música de Mozart, Bartók y Shostakóvich en la actuación para Ibermúsica en el Auditorio al completo, no sólo con perfección, sino también con un poder de fascinación cuya fuerza reside muchas veces en la misma sutileza de conc...

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La Orquesta de Cámara Franz Liszt, de Budapest, goza de un prestigio tan alto como justo. Nació en 1963 bajo la dirección artística de Frigyes Sandor, al que sucedió su actual director-concertino, Janos Rolla, tan experto en los géneros de cámara como en su calidad de solista, premiada muy pronto con uno de los primeros galardones de la Radio Húngara.

Nos llegó la música de Mozart, Bartók y Shostakóvich en la actuación para Ibermúsica en el Auditorio al completo, no sólo con perfección, sino también con un poder de fascinación cuya fuerza reside muchas veces en la misma sutileza de conceptos y siempre en la incesante persecución de la belleza. El Concierto para piano en mi bemol, KV 449 (Viena, 1784) y el Divertimento en Fa KV 138, del Mozart de 16 primaveras, esto es, de 1772, sonaron con transparente calidad en una andadura propia de lo que D'Ors denominó "formas que vuelan"; pero entre una y otra página existe la diferencia que va de una temprana madurez a una sólida trascendencia. "Mozart o la música misma", tal poetizara Cernuda.

Orquestas del Mundo (Ibermúsica)

Ferenc Liszt Chamber Orchestra. Director / concertino: J. Rolla. Solistas: E. Bashkirova, pianista, y G. Boldoczki, trompetista. Obras de Mozart, Bartók y Shostakóvich. Auditorio Nacional. Madrid, 10 de febrero.

Protagonista del concierto fue la cada día más excelente Elena Bashkirova, hija de Dimitri, con quien se formó para seguir, ya desde la profesionalidad, los pasos y la imaginación interpretativa de Daniel Barenboim.

Cuando escuchábamos a la Franz Liszt el Divertimento para cuerdas de Bartók, nos resultaba inconcebible pensar en la protesta de nuestro público cuando lo dirigió Ataulfo Argenta en los cuarenta, pues la belleza redonda, la validez de la sustancia del genial húngaro en esta página de 1939 debió convencer desde el principio como convence desde poco tiempo después.

La Bashkirova, con el trompetista Gábor Boldoczki (Szaged, Hungría, 1976), pusieron al rojo vivo la respuesta de la audiencia con el Concierto en do menor, op. 35, para piano, trompeta y orquesta; la originalidad, el talante feliz caracterizan unos pentagramas favoritos de la filarmonía internacional desde la fecha de su estreno, el 15 de octubre de 1933.

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