Crónica:FÚTBOL | 23ª jornada de Liga

Un penalti salva al Zaragoza

El equipo aragonés se impuso en el último minuto a una Real Sociedad muy floja

El Zaragoza es un equipo blando. Un conjunto lleno de buenos propósitos pero sin pegada. Amaga y amaga, baila en el centro del campo, pero no tiene profundidad. En defensa le sucede lo mismo. Milito y Álvaro van muy bien al cruce, saben sacar la pelota correctamente y no se sitúan mal. Pero no asustan. La Real, que ayer tampoco estaba para dar muchos sustos a nadie, apenas tocó la pelota y disparó a puerta en contadísimas ocasiones. Así, el choque se tuvo que resolver por un lanzamiento de penalti favorable al Zaragoza en el suspiro final. Eso, a pesar de dominar los noventa minutos. El equipo...

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El Zaragoza es un equipo blando. Un conjunto lleno de buenos propósitos pero sin pegada. Amaga y amaga, baila en el centro del campo, pero no tiene profundidad. En defensa le sucede lo mismo. Milito y Álvaro van muy bien al cruce, saben sacar la pelota correctamente y no se sitúan mal. Pero no asustan. La Real, que ayer tampoco estaba para dar muchos sustos a nadie, apenas tocó la pelota y disparó a puerta en contadísimas ocasiones. Así, el choque se tuvo que resolver por un lanzamiento de penalti favorable al Zaragoza en el suspiro final. Eso, a pesar de dominar los noventa minutos. El equipo aragonés había sido incapaz de marcar en alguna de sus muchas ocasiones, con la excepción de su tempranero primer gol.

ZARAGOZA 2 - REAL SOCIEDAD 1

Zaragoza: Laínez; Cuartero (Generelo, m. 54), Milito, Álvaro, Toledo (Rebosio, m. 51); Movilla, Ponzio; Galletti (Cani, m. 61), Villa, Savio; y Dani.

Real Sociedad: Westerveld; L. Rekarte, Kvarme, Schürrer, Potillon; Xabi Alonso, Alkiza (Aranburu, m. 88); Karpin, Nihat, Gabilondo; y Kovacevic.

Goles: M. 5. 1-0. Jugada individual de Savio que cede a Villa y este supera a Westerveld.

1-1. M. 36. Xabi Alonso, de tiro raso.

2-1. M. 93. Villa de penalti.

Árbitro: Moreno Delgado. Amonestó a Gabilondo, Alkiza y Xabi Alonso.

Unos 30.000 espectadores en La Romareda.

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Antes de cumplirse el minuto cinco el Zaragoza ya había anotado su primer tanto. Un eslalom de Savio por el centro que acabó con una mirada al punto de penalti y un balón suave a la carrera de Villa para que se adelantase a la salida de Westerveld y marcara de un tiro raso ajustado al palo. Un tanto milagroso si se examinan las dificultades del conjunto aragonés para meter el balón entre los tres palos.

Poco a poco, con la pérdida de protagonismo de Movilla, el equipo donostiarra se fue apropiando de la pelota. Tampoco es que se le ocurriese hacer nada dañino con ella, pero al menos tocaba un poco más. De hecho, el tanto de Xabi Alonso coincidió con el primer lanzamiento a puerta de la Real. Un fallo de los centrales del Zaragoza que dejaron perfilarse con todo el tiempo del mundo al medio.

En el segundo tiempo, el Zaragoza persistió en su idea de manosear el balón, con Movilla resurgido, y la Real en la suya de esperar su oportunidad economizando cualquier esfuerzo. Así, Movilla tocaba y tocaba tirando de manual, abriendo a las bandas o metiendo algún balón interior. Pero la jugada moría en el costado o en la frontal. En ocasiones, sólo la habilidad para el regate de Savio hacía prosperar los impulsos zaragocistas. El brasileño, anárquico como siempre, se metió por el centro buscando la superioridad que da el uno contra uno y las paredes con Villa y Dani. Y de esas incursiones inesperadas surgió casi todo lo bueno del Zaragoza. Así se encontró Villa con un balón en el pico del área y todo el tiempo para disponer de él. Pero su lanzamiento lo detuvo Westerveld. Dani también dispuso de algunas oportunidades, pocas, como un cabezazo picado y un tiro raso cuando el encuentro ya languidecía.

Xabi Alonso apareció con cuentagotas. Lo mismo que Karpin. Pero cuando tocaban el balón, el Zaragoza temblaba. La banda derecha, la de Karpin, la defendió hasta el minuto 51 Toledo, cuando fue sustituido por Rebosio. Y lo hizo fatal. Casi todo el peligro de los donostiarras llegó por ese lado. Ni Gabilondo, ni Nihat, ni Alkiza, sin embargo, colaboraron mínimamente en los escasos intentos ofensivos de su equipo. Además, Alkiza estuvo bastante lento a la hora de taponar a Movilla y le dejó maniobrar con mucha libertad.

Sin embargo, a pesar de la poca presencia en el área ajena de la Real, la mejor oportunidad de todo el segundo tiempo, con la excepción del penalti, fue un lanzamiento de falta de Nihat. Con la pelota a diez centímetros de la línea del área grande, el turco la pegó con rosca, a media altura, y ajustada al palo izquierdo de Lainez. Pero el portero del Zaragoza sacó una mano magnífica.

El Zaragoza, cuando ya daba por perdidos dos puntos por su falta de puntería se encontró con un penalti salvador.

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