FÚTBOL | Ida de las semifinales de la Copa del Rey

Otro gran día del suplente favorito de Queiroz

Los imprevistos sacudieron los planes del Madrid ayer, a tres horas de enfrentarse al Sevilla, con la baja de Ronaldo por sufrir una gripe, y luego, durante el encuentro, con la baja de Figo por lesión. El técnico, Carlos Queiroz, debió alterar la estrategia inicial desde el momento en que Ronaldo fue descartado. El delantero brasileño se sintió mal en el hotel de concentración, con fiebre, tras la comida. Sufrió una diarrea y los médicos optaron porque no fuera convocado. Por lo que se vio, su caída dejó al equipo un poco desconcertado. Ya en el campo, se advirtieron síntomas del síndrome de ...

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Los imprevistos sacudieron los planes del Madrid ayer, a tres horas de enfrentarse al Sevilla, con la baja de Ronaldo por sufrir una gripe, y luego, durante el encuentro, con la baja de Figo por lesión. El técnico, Carlos Queiroz, debió alterar la estrategia inicial desde el momento en que Ronaldo fue descartado. El delantero brasileño se sintió mal en el hotel de concentración, con fiebre, tras la comida. Sufrió una diarrea y los médicos optaron porque no fuera convocado. Por lo que se vio, su caída dejó al equipo un poco desconcertado. Ya en el campo, se advirtieron síntomas del síndrome de abstinencia: sin Ronaldo el Madrid padeció para finalizar las jugadas. Sólo el gol de Solari -otra vez decisivo en la Copa y titular de rebote-, alivió los apuros. A partir de ahí, el Madrid se impuso con rotundidad. "Al final merecimos marcar otro gol", concluyó Queiroz en la conferencia de prensa.

La baja de Ronaldo fue suplida con el ingreso del hombre que ya Queiroz considera el número 12 del equipo, Santiago Solari, en la banda izquierda. Justo cuando el argentino se despedía de sus días de titular -como sustituto de Zidane, primero, y de Roberto Carlos ante el Valladolid-, volvió a girar la fortuna en su favor. Y no falló. "Teníamos algunos problemas porque estábamos acostumbrados a buscar a Ronaldo en las jugadas", explicó el jugador argentino. Con su gol, el Madrid abrió una defensa que, como dijo Queiroz, era "muy compacta".

"Todo el mundo me pregunta si quise centrar", dijo Solari; "pero le pegué al primer palo, de chanfle , para que fuera más difícil de parar para el portero". Esteban debió esperar el centro, o, tal vez, "se había descuidado ordenando la barrera", como apuntó Solari.

El que no tuvo tanta suerte es Figo, que sufrió una zancadilla de David al hacer un recorte y cayó con todo su peso sobre la espalda. El portugués, que había ayudado a poner al Sevilla en guardia -fue uno de los madridistas con más presencia en el inicio del choque-, no pudo permanecer en el campo y pidió la sustitución. En su lugar entró Portillo y Raúl le dijo que se pusiera adelante, más de punta-punta, para hacer hueco y pegarse contra los centrales. Así, Raúl evitó jugar de espaldas a Pablo Alfaro, quien momentos antes le había propinado un golpe por detrás que lo dejó doliente durante toda la velada.

Por su parte, Pavón visitó la grada en beneficio de Mejía, el último central surgido de la cantera, que se sentó en el banquillo. Al parecer, Queiroz prefiere al más novato.

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