"Me gustaría tener los centrales del Sevilla"

"Me gustaría tener centrales como los del Sevilla", dijo ayer Roberto Carlos, para elogiar a Alfaro y Navarro, los dos defensas a los que hoy se enfrentará en la Copa. Y aunque aparentemente inocente, la declaración del brasileño remite a un asunto que tiene al vestuario del Madrid unido como hacía tiempo. La causa de tanta cohesión espiritual es la repulsa a la sanción a Helguera, multado por los dirigentes hace una semana por afirmar en público que el equipo necesita fichar defensas y jugadores de marca, algo que, según el director general, Jorge Valdano, vulnera el reglamento de régimen int...

"Me gustaría tener centrales como los del Sevilla", dijo ayer Roberto Carlos, para elogiar a Alfaro y Navarro, los dos defensas a los que hoy se enfrentará en la Copa. Y aunque aparentemente inocente, la declaración del brasileño remite a un asunto que tiene al vestuario del Madrid unido como hacía tiempo. La causa de tanta cohesión espiritual es la repulsa a la sanción a Helguera, multado por los dirigentes hace una semana por afirmar en público que el equipo necesita fichar defensas y jugadores de marca, algo que, según el director general, Jorge Valdano, vulnera el reglamento de régimen interno.

Que Roberto Carlos afirme que le gustaría jugar con centrales duros una semana después de que Helguera fuese sancionado por decir que el equipo necesita un central como Samuel abre una interrogante técnico. ¿Encajan sus palabras en el tipo penal que castiga a quienes "cuestionen la política del club"? Tal vez no hubo en Roberto Carlos intención de desafiar a la autoridad. Tampoco hay por qué detectar menosprecio a sus compañeros defensas cuando prosigue su alabanza a Navarro y Alfaro: "A mí me gustaría tener jugadores de esas características, que no dejan espacios al contrario. Los centrales tienen que ser así, por mucho que se les critique. Son dos defensas fuertes que a cualquier equipo le gustaría tener". Queiroz también tuvo elogios: "Alfaro y Navarro son honestos y honrados, luchan con todo por cada balón".

El vestuario del Madrid se ha unido ante lo que considera un atropello. Se vive como si las ironías de McManaman hubiesen resistido a su ausencia, y en el vestidor todavía se escucharan sus chanzas y su humorística manera de referirse al presidente Pérez como "Franco". El inglés ya no está. Hierro, que de vez en cuando soltaba alguna improcedencia protocolar, tampoco.

Del grupo actual, Helguera y Figo son los que tienen una carácter más temperamental -ambos han sido multados-. También está Ronaldo -otro multado-, cuyas pasiones no se relacionan con las efusiones futbolísticas pero son igualmente perseguibles a la vista del decálogo en vigencia. Como dijo el director deportivo, Jorge Valdano en la SER, estas normas "han hecho posible que el Madrid sea hoy lo que es".

Las leyes internas tanto sirven para mandar "reposo" entre semana como para evitar que Helguera diga que al equipo no le vendría mal Makelele. Aunque suavizada el año pasado, y rubricada por los capitanes, la interpretación del articulado no impidió a Figo manifestarse el sábado pasado: "Me parece mal [la sanción a Helguera] porque estamos en democracia".

Según fuentes administrativas del club, el reglamento consta de "varios folios" y el único ejemplar que obra en poder de los jugadores está bajo custodia de Raúl. Preguntados por el conocimiento que tienen de tal reglamento, los jugadores aseguraron que, como no cuentan con un ejemplar, mayormente, lo ignoran. "Sabemos que, por ejemplo, cuando tenemos reposo no podemos viajar", dice uno, que prefiere el anonimato; "pero, ¿qué es viajar? ¿ir a Navalcarnero?". Otro se confiesa ignorante: "Todavía no entiendo eso de estar en casa antes de las once, los días de partido, cuando hay veces que volvemos a la una de la madrugada". Ante tales excusas desde el club sentencian: "Por si olvidan alguna norma, están las multas".