Análisis:

Zapping

La serie Machos engancha. Desde que empezó, mi mujer me habla sólo lo justo. Creo que me compara con los más guapos de la familia Mercader, protagonistas del culebrón chileno, y claro, no hay color. A veces me llama por teléfono desde su trabajo y creo que va a invitarme a cenar, pero no. "Grábame Machos", me dice.

Hay tantos hombres en Machos que cubren todo el abanico de gustos. Uno de los personajes, Ariel, es un atractivo cardiólogo. En un capítulo supimos que había hecho la especialidad en el (sic) "prestigioso hospital catalán de la Vall d'Hebron de Bar...

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Machos catalanes

La serie Machos engancha. Desde que empezó, mi mujer me habla sólo lo justo. Creo que me compara con los más guapos de la familia Mercader, protagonistas del culebrón chileno, y claro, no hay color. A veces me llama por teléfono desde su trabajo y creo que va a invitarme a cenar, pero no. "Grábame Machos", me dice.

Tomate

Hay tantos hombres en Machos que cubren todo el abanico de gustos. Uno de los personajes, Ariel, es un atractivo cardiólogo. En un capítulo supimos que había hecho la especialidad en el (sic) "prestigioso hospital catalán de la Vall d'Hebron de Barcelona". En otra escena, el mismo Ariel se ofreció para preparar "pa amb tomàquet". Lo dijo así, en catalán. Supone un avance, ya que, a veces, parece que los catalanes sólo sirvan para nutrir chistes sobre rácanos. Para combatir este efecto Machos estoy pensando en convocar una rueda de prensa en plan Álvarez Cascos y decirle a mi mujer que, para macho catalán, el menda lerenda. ¿Cómo puede gustarle alguien con nombre de detergente?, me pregunto mientras me cebo con pa amb tomàquet como lo haría un náufrago de La selva de los famosos. Lástima que no exista un Instituto del Hombre para defender mis derechos. El Instituto de la Mujer sí existe. Su directora, Miriam Tey, estuvo en La aventura del saber (La 2) y pidió más guarderías en las empresas.

Insulto

Otro macho catalán, Javier Sardá, anunció hace unos días que a partir de ahora no se podrá insultar en Crónicas marcianas. Será una cláusula contractual, y quienes insulten serán castigados. Sardá añadió: "Ya sé que algunos nos llamarán fariseos por tomar esta medida". El problema no sólo es el fariseísmo que supone dejar sin su mejor arma a los que azuzan el morbo, sino a ver de qué hablan a partir de ahora. Marta, ex granhermanista recuperada para el temible Gran Hermano VIP, preguntó: "¿Ni siquiera podremos insultar un poquito?" Para resolver la situación, quizá convendría crear una sección en la que unos fiscales decidieran si lo que han dicho los unos y las otras es insulto, ofensa o simple gilipollez.

Oscuro

Adivinar con los ojos vendados está de moda. En Max Clan (Tele 5) lo hacen en un concurso con sustancias asquerosas. En La selva de los famosos (Antena 3), la prueba consiste en saber quién es quién sólo por el olor o el sabor, una escena que se repitió en Sabor a ti (Antena 3). En TV-3, Andreu Buenafuente recibe a su invitado con una venda en los ojos y debe adivinar de quién se trata. No descarten que en el futuro nos divierta más ver la tele con los ojos vendados y que los papeles se inviertan: serán los invitados quienes se presenten sin saber quién les entrevista. Si el entrevistador incluye el elogio descarado en la pregunta hasta el punto que resulta redundante responder, significa que es Urdaci y que el entrevistado es Aznar. Si todo fluye como un río sereno y tranquilo, los que charlan son Héctor Alterio y Pedro Ruiz.

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