FÚTBOL | 21ª jornada de Liga

De futbolista a árbitro

Viaud, centrocampista del Albacete, tocará el silbato cuando se retire a fin de curso

Dice el tópico que el árbitro es un futbolista frustrado. No será así en el caso de Laurent Viaud (Nantes, 1969), centrocampista del Albacete. En julio, tras finalizar su contrato, regresará a Francia para ser árbitro. Y no porque no sirva para el fútbol.

Viaud ha jugado en Francia en el Angers, el Mónaco, el Rennes y el Laval y en España en el Extremadura y el Albacete. Con el Mónaco ganó la Liga de 1997, jugó la Champions y en cuatro temporadas coincidió con Barthez, Thuram, Petit, Djorkaeff, Klinsmann, Trezeguet y Henry. Con el Albacete ascendió a Primera y este curso ha jugad...

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Dice el tópico que el árbitro es un futbolista frustrado. No será así en el caso de Laurent Viaud (Nantes, 1969), centrocampista del Albacete. En julio, tras finalizar su contrato, regresará a Francia para ser árbitro. Y no porque no sirva para el fútbol.

Viaud ha jugado en Francia en el Angers, el Mónaco, el Rennes y el Laval y en España en el Extremadura y el Albacete. Con el Mónaco ganó la Liga de 1997, jugó la Champions y en cuatro temporadas coincidió con Barthez, Thuram, Petit, Djorkaeff, Klinsmann, Trezeguet y Henry. Con el Albacete ascendió a Primera y este curso ha jugado 19 encuentros, todos de titular.

La carrera de Viaud comenzó en Couercon, cerca de Nantes. Su madre, Nelly, trabajaba en un restaurante y su padre, Daniel, era obrero y jugaba en el equipo del pueblo hasta que se hizo árbitro. Laurent y su hermano, Cyril, le acompañaban de pequeños y se engancharon al balón. Cyril juega aún con los veteranos del Couercon y hasta el año pasado entrenaba al conjunto local. Laurent dejó el tenis y con 12 años ingresó en la escuela de La Colinia, donde estudiaba y jugaba.

Años después, el servicio militar le juntó con Zinedine Zidane. Compartían habitación en el Batallón de Joinville, un prestigioso grupo de deportistas que entrenaba Roger Lemerre, ex seleccionador francés. Durante un partido, Zizou le hizo un caño a Lemerre, quien, furioso, paró el juego y le golpeó en la espalda. "¡Eso se lo haces a cualquiera menos a mí. A mí, nunca!", le increpó.

Viaud llegó al Extremadura en 1998. "Me encanta el trato de la gente en España, cómo se vive el fútbol. Decían que Almendralejo era el pueblo más feo, pero no. Allí el fútbol es una fiesta", cuenta Viaud. Su segundo hijo, Artur, que ahora tiene cuatro años, nació en Mérida -la primera es Alexe, de seis-.

En el Albacete ejerce de jefe. "A los jóvenes nos ayuda mucho. Sabe mandar", explica Parri. "Soy de correr mucho y robar balones. Técnicamente, normal", reconoce Viaud. Su aportación en el ataque es escasa: un gol y ninguna asistencia este curso y 31 goles en 15 temporadas.

Tocando el fin, Viaud emulará a su padre. Desde hace diez años, el comité francés permite a ex jugadores ser árbitros antes de los 35. Eso hizo Jean Marc Rudolphe, ex portero del Metz y ahora colegiado de Segunda. Y eso hará Viaud. Tras un curso de dos semanas, dirigirá partidos de preparación en Regional y Tercera y, si demuestra aptitudes, ascenderá a Segunda B.

"Me servirá ser futbolista. Los árbitros se equivocan, normal. Pero te sacan de quicio por su soberbia. Son como la policía. Creen que siempre tienen razón y no te dejan hablar", se lamenta Viaud. Como en aquel Laval-Le Havre, en Segunda, cuando el árbitro le expulsó, ¡en la caseta!, al creer que había golpeado una puerta. "Si no hay un agente allí, ya no sería futbolista. Me volví loco. Le habría pegado", cuenta. Y asegura que no cometerá esos errores: "Entenderé al jugador". De momento, observa y toma nota. Pronto será el que aplique las normas.

Viaud.

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