Los niños juegan a pie de pista

Siempre se ha dicho que el esquí es un deporte familiar. Y es verdad. Pero ¿qué hacer con los más pequeños en la nieve? En los últimos años, las opciones se han ampliado. Muchas estaciones españolas no sólo se hacen cargo de la atención a los pequeños en recintos cerrados y acondicionados, sino que además les inician en el contacto con la nieve. Los

llamados jardines de nieve son recintos al aire libre, acotados, protegidos del resto de las pistas, instalados sobre pendientes muy suaves y casi siempre equipadas con algún tipo de remonte sencillo y seguro. Últimamente se han puesto de mo...

Siempre se ha dicho que el esquí es un deporte familiar. Y es verdad. Pero ¿qué hacer con los más pequeños en la nieve? En los últimos años, las opciones se han ampliado. Muchas estaciones españolas no sólo se hacen cargo de la atención a los pequeños en recintos cerrados y acondicionados, sino que además les inician en el contacto con la nieve. Los

llamados jardines de nieve son recintos al aire libre, acotados, protegidos del resto de las pistas, instalados sobre pendientes muy suaves y casi siempre equipadas con algún tipo de remonte sencillo y seguro. Últimamente se han puesto de moda las cintas transportadoras que llevan al pequeño a ras de tierra, de pie y muy lentamente, hasta la zona alta, aunque también quedan otros remontes más rudimentarios, pero igualmente eficaces, como los llamados telebaby o telecuerda. Los jardines suelen estar también equipados con arcos, palos, muñecos de plástico o goma, y contar con cubos y palas para jugar en la nieve como si estuvieran en la playa. Si el día es bueno, los niños pasan una o dos horas, como máximo, al aire libre en estos lugares.

Al hacer la elección de la estación y de la guardería conviene conocer su ubicación dentro del centro de esquí, es decir, que tenga un acceso cómodo y rápido para evitar largos traslados. Si el niño es muy pequeño, es desaconsejable elegir una guardería que obligue a tomar un remonte para llegar hasta ella. Hay que averiguar también, previamente, si el servicio incluye comida, si los padres deben llevarla o pueden encargarla en la guardería, y si hay que aportar esquís y botas, ya sean alquiladas o propias.

En cuanto a la vestimenta, los niños deben ir equipados exactamente igual que un adulto: traje para la nieve (mejor mono si el día es malo), gorro, gafas de sol (mejor del tipo ventisca) y botas impermeables. Debajo es aconsejable ponerles unos leotardos para que puedan estar cómodos en el interior de la instalación, que es la mayor parte del tiempo. También resulta práctico marcar la ropa con el nombre del niño si no se quieren perder las cosas. Y por supuesto, crema protectora para evitar las quemaduras del sol. Si el niño tiene sólo meses, habrá que llevar pañales y biberones u otra alimentación específica. Y un teléfono móvil para estar localizado dará tranquilidad a padres y cuidadores.

No todas las guarderías acogen a niños con sólo meses; muchas los aceptan sólo a partir de tres años, cuando ya no utilizan pañal, y hasta los seis o siete. Conviene informarse antes. En días de mucha afluencia (puentes, fines de semana o festivos) es recomendable reservar. La guardería suele acabar cuando empieza la edad de aprender a esquiar, alrededor de los cinco años, siempre de la mano de un monitor especializado.