Vigilantes contra la minifalda

La intransigencia brota en otro país. En una agresiva campaña destinada a eliminar "actitudes obscenas e indecentes", el Gobierno del Partido Pan-islámico de Malasia (PAS) en el Estado de Terengganu ha decidido erradicar la minifalda de su territorio. Las ropas sugerentes tendrán que ser sustituidas por blusas amplias y faldas largas, porque las tan populares minifaldas han sido condenadas a pasar de moda en los armarios. De la misma manera, obligarán a las musulmanas a llevar el velo islámico que, aunque común entre las malasias, no es obligatorio en el resto del país. Los guías espirituales ...

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La intransigencia brota en otro país. En una agresiva campaña destinada a eliminar "actitudes obscenas e indecentes", el Gobierno del Partido Pan-islámico de Malasia (PAS) en el Estado de Terengganu ha decidido erradicar la minifalda de su territorio. Las ropas sugerentes tendrán que ser sustituidas por blusas amplias y faldas largas, porque las tan populares minifaldas han sido condenadas a pasar de moda en los armarios. De la misma manera, obligarán a las musulmanas a llevar el velo islámico que, aunque común entre las malasias, no es obligatorio en el resto del país. Los guías espirituales del PAS vigilarán que se cumplen estos mandamientos morales con visitas por sorpresa a oficinas y comercios para asegurarse de que ni siquiera "se perfila la línea del cuello alrededor de los bustos de las mujeres", como explicó esta semana Sulaiman Abdulá, alcalde de Kuala Tereng-ganu, la capital del Estado. De acuerdo con la ordenanza, los patronos que no obliguen a sus trabajadoras a cumplir este código de vestido se enfrentarán a la clausura de sus establecimientos o al pago de multas de 65 dólares. "Nuestra política es que las mujeres no musulmanas vistan decentemente", precisó el jefe del Gobierno de Terengganu, Abdul Hadi Awang, al justificar una medida que busca la perfección moral de sus ciudadanos. Manohary Subramaniam, portavoz de uno de los principales grupos de mujeres de Malasia, señaló que la medida "impone los valores de una religión a los practicantes de otra, lo que viola los derechos humanos fundamentales del ser humano".

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