La calidad de Pedro Carrero

Pedro Carrero cortó dos orejas al quinto de la tarde. Supo y pudo aprovechar la calidad de un novillo en una faena que también la tuvo, amén de buen son y muletazos por ambos pitones tan templados como armoniosos. Un comienzo de clásica estirpe, con trincherazos y pases de la firma, fue el prólogo de una bella faena,que coronó de una media estocada en la yema, de la que el bravo novillo salió rodado sin puntilla.En su primero apuntó redondos y naturales bien dibujados y de ajustado remate.

Diego Vega cumplió en sus dos novillos, en dos labores en las que el sentido de las distancias y e...

Pedro Carrero cortó dos orejas al quinto de la tarde. Supo y pudo aprovechar la calidad de un novillo en una faena que también la tuvo, amén de buen son y muletazos por ambos pitones tan templados como armoniosos. Un comienzo de clásica estirpe, con trincherazos y pases de la firma, fue el prólogo de una bella faena,que coronó de una media estocada en la yema, de la que el bravo novillo salió rodado sin puntilla.En su primero apuntó redondos y naturales bien dibujados y de ajustado remate.

Diego Vega cumplió en sus dos novillos, en dos labores en las que el sentido de las distancias y el temple funcionaron a partes iguales. Meritorias faenas de muleta que avalan a Vega por su técnica y seriedad.

Alejandro Buitrago tuvo que lidiar un complicado lote, ante el que no dejó de demostrar su excelente condición y buen gusto, en aquellos momentos en que acertó con la altura y la velocidad del pase. Entregado y muy decidido, llegó a entrar a matar al sexto sin muleta, saliendo volteado, afortunadamente sin consecuencias.