Esteve Ferrer mezcla el mundo onírico y el real en su versión de 'Dakota'

"Trabajar con Esteve Ferrer es como hacerse un lifting", anima a otros artistas el actor Carlos Hipólito. Y es que el director concibió los ensayos de Dakota como un juego en el que los intérpretes se convirtieron en niños. Era, en opinión de Ferrer, la mejor forma de bucear en una función, escrita por Jordi Galcerán, en la que se entremezclan el mundo verdadero y el de los sueños. Desde hoy y hasta el 15 de febrero, Dakota se representa en el teatro Albéniz de Madrid, antes de empezar una gira que les llevará, entre otros lugares, a Canarias, Andalucía y Castilla-La Manch...

"Trabajar con Esteve Ferrer es como hacerse un lifting", anima a otros artistas el actor Carlos Hipólito. Y es que el director concibió los ensayos de Dakota como un juego en el que los intérpretes se convirtieron en niños. Era, en opinión de Ferrer, la mejor forma de bucear en una función, escrita por Jordi Galcerán, en la que se entremezclan el mundo verdadero y el de los sueños. Desde hoy y hasta el 15 de febrero, Dakota se representa en el teatro Albéniz de Madrid, antes de empezar una gira que les llevará, entre otros lugares, a Canarias, Andalucía y Castilla-La Mancha.

"Después de 10 minutos en los que se recibe un aluvión de información, el público termina sintiéndose Agatha Christie a medida que va entendiendo qué es real y qué no lo es", contaba ayer Ferrer. "La gente tiene que pasárselo bien jugando, pero sin ponerle pruebas para que lo vean cuatro superdotados de teatro", distingue el director. "Las situaciones tienen que ser muy de verdad. No nos reímos si no vemos sufrir a los personajes", añade Ferrer, que ganó el Premio Max al mejor musical por Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré.

Dakota se estrenó en catalán hace seis años en el teatro Poliorama de Barcelona. "En ese momento la vi, pero ni se me pasó por la cabeza hacerla en castellano. Ni siquiera era director", recuerda Ferrer. El montaje cuenta la historia de Hipólito Jarama (Carlos Hipólito), un estomatólogo convencido de que sus sueños predicen el futuro. En uno de ellos, su mujer, Laura (Elisa Mantilla), aparece besándose con un protésico dental, Guillermo (Juan Antonio Codina), y se obsesiona con que se cumpla el presagio. "Hipólito está en el límite de su propia cordura, el protésico en el de su profesionalidad y Laura en el del entendimiento de su pareja, a quien considera un enfermo. Y el enfermero (Ángel Pardo) está al límite por simpatía con los otros", explica. "Tenía muy claro el reparto. Con Codina trabajé en Atraco a las tres, conocía a Pardo y me gustaba la química entre Carlos y Elisa en El burlador de Sevilla", continuó Ferrer, director de las funciones en gira Se busca impotente para convivir y Fashion, feeling, music.

"Me encantó la obra desde la primera lectura", contó Carlos Hipólito. "Es difícil encontrar una comedia inteligente que no sea una sucesión de chistes. Y aquí se invita a la reflexión sobre un mundo en el que se habla mucho y se escucha poco. Sobre lo determinante que es en la vida una enfermedad mental, las relaciones de pareja, o sobre la predominancia de Estados Unidos...", enumera el protagonista de Arte, dejando claro que son apuntes, no un ensayo. "Siempre he intentado hacer el mejor personaje, no televisión, cine o teatro. Y por eso estoy en Dakota", prosiguió el artista, que acaba de rodar a las órdenes de Carlos Saura El séptimo día y de José Luis Garci Tiovivo C. 1950, y es la voz en off de la serie Cuéntame cómo pasó.

"Sin obviar la profundidad del texto, Esteve crea un ambiente muy festivo, con mucha energía, casi como si fuera un primerizo que no lo es", comentó Hipólito. "Y eso es muy gratificante para alguien como yo, que ha estrenado más de 30 veces en Madrid".