Análisis:Zapping

Contrastes

En un documental sobre moluscos sale una sepia mirando su imagen reflejada en una pantalla de plasma. Reacciona al estímulo cambiando de color, o sea: sonrojándose. En el caso de la sepia, su reacción está justificada, ya que la única imagen que tiene a mano es ese autorretrato, pero ¿qué ocurriría si le pusieran delante un capítulo de Ana y los 7? ¿Se golpearía violentamente contra la pantalla?

En una promoción de City TV, cadena local de Barcelona, vemos el rostro de un bebé durmiendo, las olas del mar y una preciosa luna llena. Luego aparece en pantalla la siguiente frase: "Ha...

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En un documental sobre moluscos sale una sepia mirando su imagen reflejada en una pantalla de plasma. Reacciona al estímulo cambiando de color, o sea: sonrojándose. En el caso de la sepia, su reacción está justificada, ya que la única imagen que tiene a mano es ese autorretrato, pero ¿qué ocurriría si le pusieran delante un capítulo de Ana y los 7? ¿Se golpearía violentamente contra la pantalla?

Placer

En una promoción de City TV, cadena local de Barcelona, vemos el rostro de un bebé durmiendo, las olas del mar y una preciosa luna llena. Luego aparece en pantalla la siguiente frase: "Hay cosas que se miran por puro placer. City TV²". Puede parecer exagerado comparar estas imágenes con algo tan poco poético como la televisión, pero hagan la prueba. Piensen si le dedican más tiempo a mirar a sus hijos, al mar, a la luna o a la televisión. El anuncio podría tener una segunda parte: cuando miras a un niño dormido, las olas del mar, la luna o la tele, sientes un placer inicial. Pero después te preguntas qué ocurrirá cuando el bebé se convierta en el gilipollas del anuncio de bechamel, en lo asqueroso que está el mar, en lo pálida que luce la luna y en los malos ratos que, pese a sus aciertos, te hace pasar la televisión.

Niñas

Un anuncio de estos días canta las excelencias de un juguete. Tres preadolescentes modelo Lolita Me Cachis Qué Sexy Soy juegan con una máquina que responde las edificantes preguntas de un test: ¿Te harías un piercing en la nariz? ¿Saldrías con el novio de tu mejor amiga? Las inquietudes de las niñas están a la altura de la mente de los creadores del cacharro. El juego está pensado para averiguar si conoces a tus mejores amigas, pero debería buscar versiones más adultas con preguntas en plan: ¿Te acostarías con tu madre?, ¿en una situación límite, practicarías la zoofilia? Son temas que, a la larga, amenizarán las tardes de esos programas llamados de testimonio, pensados para preservar un necesario sentimiento de vergüenza ajena.

El club

En El club de la comedia, Nuria González borda un monólogo en el que compara los albañiles con los extraterrestres. Bien escrito, mejor interpretado, González me recordó la época en la que el monólogo no era una plaga. Ahora es un género clásico, igual que el culebrón o el telediario tendencioso, y hay que vigilar que no te den gato verborreico por liebre sarcástica. En Antena 3, mientras tanto, la incombustible Los Simpson continúa. El payaso Krusty mete a Luck Perry, de Sensación de vivir, dentro de un cañón y dispara deseando que el guaperas se muera cuanto antes. Estos ejemplos de buena televisión contrastan con las imágenes del terremoto de Irán: reiterativas, despiadadas, el vivo retrato de una tragedia que recibirá, comparada con las andanzas de Aída o la enésima amante de Esteso, una mínima atención.

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