Crítica:FLAMENCO | Carmen Linares

Voz flamenca y guitarras suizas

Hermoso, para el recuerdo, este concierto del ciclo fuenlabreño anual Navidad, templo y música, que lleva celebrándose desde 1989. Un verdadero homenaje a Manuel de Falla y Federico García Lorca, en obras como El amor brujo, del primero, o las Canciones españolas antiguas del segundo.

El repertorio, bien conocido por Carmen Linares, pese a no ser propiamente flamenco, por haberlo cantado en repetidas ocasiones con anterioridad (las Canciones españolas antiguas incluso las grabó en 1994), en circunstancias y con acompañamientos distintos.

La novedad, la...

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Hermoso, para el recuerdo, este concierto del ciclo fuenlabreño anual Navidad, templo y música, que lleva celebrándose desde 1989. Un verdadero homenaje a Manuel de Falla y Federico García Lorca, en obras como El amor brujo, del primero, o las Canciones españolas antiguas del segundo.

El repertorio, bien conocido por Carmen Linares, pese a no ser propiamente flamenco, por haberlo cantado en repetidas ocasiones con anterioridad (las Canciones españolas antiguas incluso las grabó en 1994), en circunstancias y con acompañamientos distintos.

La novedad, la gran novedad, es la música creada para estos montajes por el suizo Eos Quartet de guitarras clásicas, que aporta un nuevo sonido notablemente distanciado de los ya conocidos. En efecto, no recuerdo una versión exclusiva de guitarras ni siquiera para El amor brujo, quizás la obra más recreada en la historia de la música española.

Círculo Mágico

Voz: Carmen Linares. Guitarras clásicas: Eos Guitart Quartet. Percusión: Ricardo Espinosa. Iglesia San Esteban. Fuenlabrada, 21 de diciembre.

Gran sensibilidad

La sensibilidad de estos músicos suizos poco debe de tener que ver con la estereotipada frialdad -climática y temperamental- que machaconamente se nos vende sobre su tierra, pues entendieron con gran convicción el carácter de la música española que interpretaban.

Son músicos excelentes, por supuesto, en no pocas ocasiones brillantes hasta el virtuosismo. El sonido de sus instrumentos nos llegó en todo momento con una limpieza y una afinación ejemplares. Afinación por la que se desvelaron a lo largo de todo el concierto, pues ya sabemos lo difícil que es mantener constantemente afinadas las cuerdas de las guitarras en condiciones no idóneas de temperatura. Los músicos fueron capaces de transmitir la gran belleza de las partituras originales con rigor y entrañamiento.

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