Crítica:FLAMENCO | Agujetas

Perder los papeles de vez en cuando

Las cosas de Agujetas. Cuando él canta ya se sabe que vamos a encontrar a un público incondicional que constantemente le jalea y le piropea con encendidos elogios. Y él, rebosante de satisfacción, entra en el juego con evidente complacencia. Habla mucho, siempre habla mucho, de todo lo habido y por haber, y a veces se enreda en las propias palabras y no sabe bien cómo salir de ellas. Su público, ese público incondicional a ultranza, le ríe las gracias y todos tan contentos.

Es decir, todos no, porque hay quien pone el ceño adusto harto de asistir a esa pérdida de papeles totalmente fuer...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las cosas de Agujetas. Cuando él canta ya se sabe que vamos a encontrar a un público incondicional que constantemente le jalea y le piropea con encendidos elogios. Y él, rebosante de satisfacción, entra en el juego con evidente complacencia. Habla mucho, siempre habla mucho, de todo lo habido y por haber, y a veces se enreda en las propias palabras y no sabe bien cómo salir de ellas. Su público, ese público incondicional a ultranza, le ríe las gracias y todos tan contentos.

Es decir, todos no, porque hay quien pone el ceño adusto harto de asistir a esa pérdida de papeles totalmente fuera de lugar. Menos mal que de vez en cuando Agujetas se da cuenta de que él ha ido allí para cantar, y canta. Unas noches mejor que otras, pero justifica de alguna manera el salario que recibirá.

Flamenco Circular

Agujetas de Jerez. Con el acompañamiento al toque por Antonio Soto. Sala Clamores. Madrid, 2 de diciembre.

Esta noche que comentamos no cantó bien, pero tampoco puede afirmarse de manera terminante que cantara mal. Se desenvolvió básicamente interpretando tres estilos que repitió varias veces: soleares, siguiriyas y fandangos. Unos martinetes, también, que fue de lo que cantó mejor aunque los terminara con muchas fatiguitas. Manuel Agujetas es cantaor corto, de repertorio limitado y que, además, tiende a hacerlos muy breves, terminándolos cuando se le ocurre sin ninguna clase de remate. ¿Se puede entender que cante por soleares una sola copla? Pues lo hace, y lógicamente entonces pensamos que degüella los cantes, sin más.

No debiera ser así, porque Agujetas todos sabemos que es un gran cantaor y que cuando se concentra en ello alcanza cotas de un rango al que pocos pueden llegar. Pero esto ocurre de tarde en tarde, cuando se le derrama -como dicen de los toreros de arte- el tarro de las esencias. Pocas esencias nos llegaron esta noche en la sala Clamores, aunque ciertamente, cuando se trata de un artista como Agujetas, aun no cantando bien, siempre queda algo -un eco de voz, un tercio dicho con garra y duende...- que nos reconcilia con lo jondo. Pero este cantaor siempre debe darnos más que esporádicos apuntes de calidad.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En