Crónica:FÚTBOL | Mundial sub 20

Hombres contra niños

España cae en la trampa de una sólida Argentina por su bisoñez

Como si se tratase de un juego de mesa, Argentina cedió peones y espacio en el tablero a España, que, ingenua, pensaba que todo estaba bien y la partida caía de su lado. Falso. España tocaba por el centro de manera desordenada pero vistosa y Argentina, guiñando un ojo, esperaba aparentemente dormida. Los chavales de Ufarte, que incluso se pusieron por delante en el marcador por medio del atlético Gabi, se enredaron poco a poco en su aparente éxito y cayeron en la trampa. Argentina sabía lo que hacía: aguantar hasta que el duelo fuese madurando lentamente.

Y cuando llegó el momento le di...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Como si se tratase de un juego de mesa, Argentina cedió peones y espacio en el tablero a España, que, ingenua, pensaba que todo estaba bien y la partida caía de su lado. Falso. España tocaba por el centro de manera desordenada pero vistosa y Argentina, guiñando un ojo, esperaba aparentemente dormida. Los chavales de Ufarte, que incluso se pusieron por delante en el marcador por medio del atlético Gabi, se enredaron poco a poco en su aparente éxito y cayeron en la trampa. Argentina sabía lo que hacía: aguantar hasta que el duelo fuese madurando lentamente.

Y cuando llegó el momento le dieron la vuelta al marcador con dos goles idénticos de su central Leandro Fernández. Dos goles premeditados, sencillos. Dos testarazos entre una nube de defensores españoles sin necesidad siquiera de levantar los pies del suelo. A Fernández le bastó con embestir la pelota con los botines pegados a la hierba. Cavenaghi, Montillo y Ferreyra se miraron al cuarto de hora del segundo tiempo, sincronizaron los relojes y en dos pases le demostraron a España que en el fútbol profesional importan tanto o más los tiempos que los modos.

ARGENTINA 2 - ESPAÑA 1

Argentina: Eberto; Romero, Rodríguez, L. Fernández, Bottinelli; Zabaleta, Mascherano, Colace (Montillo, m. 46); Sosa (Herrera, m. 46); Cangele (Ferreyra, m. 68) y Cavenaghi.

España: Riesgo; Alexis, C. García, Melli, Peña; Corominas (Juanfran, m. 72), Vitolo (Arizmendi, m. 85), Gabi, Gavilán; Iniesta (Manu, m. 77); y S. García.

Goles: 0-1. M. 26. Gabi, de vaselina. 1-1. M. 51. Fernández, de cabeza a la salida de un córner. 2-1. M. 75. Cabezazo de Fernández.

Árbitro: Benito Archundia (México). Amonestó a Gabi, Peña, Rodríguez y Bottinelli.

Unos 5.000 espectadores en el estadio de Sharjah (Emiratos Árabes Unidos).

Más información

Eso sí, el plan argentino podría haber fallado si antes Iniesta hubiese tenido algo más de sangre fría en dos mano a mano que tuvo con Eberto cuando quedaba poco para que acabase el primer periodo. El azulgrana se dedicó al eslalon especial en la frontal pero cuando le tocó rematar no se le ocurrió nada mejor que lanzar el balón contra el cuerpo del portero.

En el segundo tiempo España se dejó engañar por la posesión de la pelota. Con el extremo derecho Corominas fundido y con el zurdo Gavilán renunciando al uno contra uno y a la banda, el juego de los chicos de Ufarte se atascaba en la frontal. Sergio García, muy peleón, apenas consiguió rematar por la superioridad de los centrales argentinos.

A falta de veinte minutos para el final, y con el resultado ya adverso, Ufarte decidió sustituir a Corominas por Juanfran, extremo por extremo, y a Iniesta por Manu del Moral. El madridista no mejoró a Corominas y a Iniesta, aunque estaba agotado, se le echó de menos. Del Moral jugó más adelantado y todos los circuitos explotaron. Gabi y Vitolo hacían la guerra por su cuenta y los delanteros se estorbaban unos a otros en un área superpoblada. Arizmendi, el otro ariete que le quedaba al seleccionador español contribuyó a enroscar con fuerza el tapón que se había formado en torno a Eberto, cuando saltó al césped por Vitolo a cinco minutos del final. Tocaba asalto heroíco. Una situación perfecta para Argentina que aguantó sin demasiados apuros el ataque frontal de los españoles.

La experiencia y la competitividad de los chicos de Argentina, casi todos habituales en clubes de Primera División, se impusieron a las ganas de exhibirse de los chavales de España.

Archivado En