La voz lúcida
Convocar un concierto al tiempo que juega la selección sigue teniendo efectos devastadores. Muguruza apenas reunió en Madrid a dos docenas de fieles para la presentación de su sexto álbum en solitario, un trabajo encantador hasta en el título: Enegarren postala (Enésima postal). Aunque se sabe artista de minorías, su visión irónica, sutil e intensamente poética de la canción de autor merecería un acercamiento más generoso del que a veces se le concede. Con todo, este avezado seguidor de Lluís Llach, Leonard Cohen o los perfiles más íntimos de Elvis Costello y Van Morrison no perdió ni p...
Convocar un concierto al tiempo que juega la selección sigue teniendo efectos devastadores. Muguruza apenas reunió en Madrid a dos docenas de fieles para la presentación de su sexto álbum en solitario, un trabajo encantador hasta en el título: Enegarren postala (Enésima postal). Aunque se sabe artista de minorías, su visión irónica, sutil e intensamente poética de la canción de autor merecería un acercamiento más generoso del que a veces se le concede. Con todo, este avezado seguidor de Lluís Llach, Leonard Cohen o los perfiles más íntimos de Elvis Costello y Van Morrison no perdió ni por un momento esa media sonrisa que le retrata como una voz lúcida, perspicaz y con magnífico sentido del humor.
Jabier Muguruza
Jabier Muguruza (voz, acordeón), Txema Garcés (bajo, arreglos), Joseba Loinaz (piano), Rufo Urbina (batería). Sala Clamores. Madrid, 19 de noviembre.
Muguruza se esforzó en traducir algunas de las bellas letras que Ibon Sarasola (CCCLXII) o Iñaki Irazu (Nire psikoanalista) han escrito para este nuevo disco, en el que hay versos muy hermosos y un poema antimilitarista tan guasón que no debería irritar a nadie con un mínimo de inteligencia. Muguruza se rodea de una formación con regusto a club de jazz humeante y establece una comunicación muy estrecha con el oyente.