La bicefalia entre Zaplana y Camps abre una fractura en el seno del PP

Los zaplanistas se niegan a que el jefe del Consell lidere el partido

Los problemas de la bicefalia entre Eduardo Zaplana y Francisco Camps estallaron ayer. Los presidentes provinciales del PP de Valencia y Alicante se oponen a que el jefe del Consell asuma el control de la organización regional que mantiene el ministro de Trabajo. Por el contrario, el presidente del PP en Castellón, Carlos Fabra, reconoció que la bicefalia tiene inconvenientes y cree que Camps debe ser el líder del PP valenciano. Una opinión que fue respondida con un aluvión de manifestaciones de dirigentes zaplanistas que rechazan el modelo sucesorio de Aznar.

La caja de pandora la abri...

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Los problemas de la bicefalia entre Eduardo Zaplana y Francisco Camps estallaron ayer. Los presidentes provinciales del PP de Valencia y Alicante se oponen a que el jefe del Consell asuma el control de la organización regional que mantiene el ministro de Trabajo. Por el contrario, el presidente del PP en Castellón, Carlos Fabra, reconoció que la bicefalia tiene inconvenientes y cree que Camps debe ser el líder del PP valenciano. Una opinión que fue respondida con un aluvión de manifestaciones de dirigentes zaplanistas que rechazan el modelo sucesorio de Aznar.

"Blasco debe conocer que el PP tiene un líder indiscutible que es Eduardo Zaplana"

La caja de pandora la abrió el pasado domingo el consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, quien en una entrevista en EL PAÍS afirmaba que, en su opinión, el presidente de la Generalitat debería también presidir el PP en la Comunidad Valenciana. Ayer, los zaplanistas salieron en tromba a defender el liderazgo orgánico del ministro de Trabajo, con el presidente provincial de Valencia y portavoz parlamentario, Serafín Castellano, a la cabeza, que descalificó la opinión del consejero de Territorio: "No es la opinión que tiene el PP, entre otras cosas, porque no es militante y no forma parte de los órganos del partido". Castellano subrayó que el liderazgo de Eduardo Zaplana en el PP de la Comunidad Valenciana "es absolutamente incuestionable". El presidente del PP provincial de Valencia, interpelado por la disposición estatutaria que impide a un diputado estatal presidir una organización territorial del PP, indicó que es posible modificar los estatutos para hacer una "excepción".

Por su parte, el presidente de la Diputación de Castellón y del PP en la provincia, Carlos Fabra, manifestó que él no apuesta por la bicefalia dentro del partido. Tras firmar un convenio con el presidente del Consell, Francisco Camps, en el Palau de la Generalitat, Fabra ensalzó la decisión de José María Aznar de pasar el relevo en el mando del partido a Mariano Rajoy, candidato a la presidencia del Gobierno. "Mi posición es no apostar por la bicefalia dentro del partido, ya que puede producir alguna inconcreción e incorrección política", sentenció Fabra, que indicó que aunque Zaplana "ha sido el mejor presidente de la Generalitat que ha tenido la Comunidad Valenciana en su historia y, sin ninguna duda, ha sido el mejor presidente del partido, en este momento su objetivo está en otro sitio". "Mi posición es la de no apostar por la bicefalia en el partido, pero es una cuestión que se debe de abordar en su momento", insistió Fabra. El presidente del PP en Castellón reconoció que abrir el debate sobre la sucesión no ayuda mucho a serenar los ánimos y confesó que algunas manifestaciones realizadas -que no citó- están fuera de lugar.

La mayoría de dirigentes del PP de la provincia de Alicante, incluidos Julio de España y José Joaquín Ripoll, expresaron opiniones contrarias a que el presidente de la Generalitat asuma la dirección de partido y reiteraron que en la Comunidad de Madrid Alberto Ruiz Gallardón ha dirigido durante muchos años el gobierno autonómico pero no la organización del partido. El presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y alcalde de Altea, Miguel Ortiz, persona próxima a Zaplana, afirmó: "No sólo no es necesario que el presidente de la Generalitat sea el presidente del PP en la Comunidad Valenciana, sino que lo conveniente es que la organización la dirija la persona que mejor conoce, representa y garantiza la unidad y cohesión del PP, a quien se conoce y admira desde hace años, que conoce por su nombre a cada uno de los militantes, y ha llevado al mayor éxito político de la Comunidad Valenciana en todos sus aspectos, siendo ahora un momento óptimo éste en el que está, desde que asumió, además de sus actuales responsabilidades la portavocía del Gobierno". El presidente de la FVMP recalcó que "el presidente regional es quien propone los órganos del partido, la estrategia a seguir y el nombre de los candidatos".

El alcalde de La Nucia, Bernabé Cano, también salió a defender al presidente del PP del que aseguró que "es un líder carismático en las tres provincias de la Comunidad Valenciana". Su homólogo en Santa Pola, Miguel Zaragoza, también defendió el liderazgo de Zaplana en el PP y afirmó, pese al aluvión de declaraciones, que en el seno del partido no hay un debate abierto sobre la sucesión en la presidencia de la estructura orgánica de los populares.

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Por su parte, el presidente de la Diputación de Valencia, Fernando Giner, le recordó al consejero de Territorio y Vivienda que no es militante del partido. "Blasco debe conocer que el PP de la Comunidad Valenciana tiene un líder indiscutible que es su presidente regional Eduardo Zaplana, quien, además, cuenta con el respaldo, cariño y reconocimiento de los militantes y, siendo, además, el más alto valor político del PP en la Comunidad Valenciana".

Fuentes próximas al ministro en Madrid se limitaron a indicar que "el objetivo fundamental para todos en el PP es ganar las elecciones de marzo. Todo lo que no sea dedicarnos a ese fin es una bisoñez y una irresponsabilidad importantes. Todos tenemos que dedicarnos al objetivo de ganar las elecciones y, para ello, tener la maquinaria del partido bien engrasada para marzo".

Una organización dividida

La polémica sobre quién debe controlar la estructura orgánica del PP en la Comunidad Valenciana demostró ayer que los populares están divididos sobre el futuro de la organización. Los zaplanistas controlan el PP en la provincia de Alicante y pugnan por hacerse con el control de la provincia de Valencia, cuyo principal bastión, la alcaldesa Rita Barberá, ha cerrado filas con Francisco Camps. Castellón, como ayer mostró su presidente provincial, Carlos Fabra, está por que el jefe del Consell lo sea también del PP en la Comunidad Valenciana. En esta situación, el territorio que puede decantar la mayoría orgánica del PP autonómico está en la provincia de Valencia, donde su presidente, Serafín Castellano, tiene como objetivo lograr el control férreo de la organización. Un objetivo para el que fue nombrado por Eduardo Zaplana, como ayer recordaron fuentes gubernamentales, mediante el sistema del dedazo, sin necesidad de celebrar ningún congreso que ratificase la decisión del ahora ministro de Trabajo.

En cualquier caso, la disputa entre los populares no está centrada en la continuidad de Zaplana al frente de la presidencia del PP en la Comunidad Valencia, sino en quién debe tomar el relevo. El ministro, como ayer recordó algún boletín confidencial, ya ha transmitido a la dirección nacional del PP que cuando toque -nunca antes de las generales- dejará la presidencia regional del partido. Lo que está en disputa es si el ministro de Trabajo sigue controlando la estructura del PP en la Comunidad Valenciana a través de persona interpuesta y se mantiene en la práctica la situación de bicefalia o bien es el presidente de la Generalitat quien toma las riendas del partido. Un deseo expresado públicamente por Francisco Camps desde su designación como candidato a la presidencia del Consell.

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