Crónica:LA CRÓNICA

China fascina

China fascina desde hace siglos. Marco Polo ya describió en el siglo XIII las maravillas de este país milenario y durante mucho tiempo los occidentales se han sentido atraídos por el misterio y por la sabia cultura oriental que emana de este lejano país. Más recientemente, ya en el siglo XX, fue la China de Mao la que levantó ríos de tinta; era la China de la Revolución Cultural, de los guardias rojos y del autoritarismo que fascinó a miles de jóvenes estudiantes europeos. Ahora, en un nuevo salto hacia adelante, los occidentales se sienten fascinados y a la vez intrigados por una nueva China:...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

China fascina desde hace siglos. Marco Polo ya describió en el siglo XIII las maravillas de este país milenario y durante mucho tiempo los occidentales se han sentido atraídos por el misterio y por la sabia cultura oriental que emana de este lejano país. Más recientemente, ya en el siglo XX, fue la China de Mao la que levantó ríos de tinta; era la China de la Revolución Cultural, de los guardias rojos y del autoritarismo que fascinó a miles de jóvenes estudiantes europeos. Ahora, en un nuevo salto hacia adelante, los occidentales se sienten fascinados y a la vez intrigados por una nueva China: la de la reforma iniciada por Deng Xiaoping en 1978, la de la modernización, la de la liberalización de los mercados, la de los rascacielos, los coches de lujo y los nuevos millonarios. Sobre esta China, la gran protagonista del siglo XXI, trata el libro que acaba de publicar Georgina Higueras, China, la venganza del dragón (Península).

Higueras habla del cambio político, la nueva educación, el ejército, la generación Internet, los campesinos y, claro está, los nuevos millonarios

Higueras, redactora de la sección de Internacional de EL PAÍS, fue a China por primera vez en 1979. Fue allí para hacer un master en Historia y permaneció durante cinco años en Pekín como corresponsal de la agencia Efe. Desde entonces, ha visitado China con asiduidad, como enviada especial, y ha permanecido alerta a los espectaculares cambios del país. En la presentación de su libro en Barcelona, hace tan sólo unos días en la FNAC de L'Illa, la acompañaron tres personas que conocen China a fondo: Eugeni Bregolat, ex embajador de España en China; Dolors Folch, directora de la Escuela de Estudios de Asia Oriental, e Inma González Puy, directora de Seminarios, Conferencias y Publicaciones de Casa Asia. Los tres coincidieron en subrayar que el libro de Georgina Higueras es una visión a la vez rigurosa y amena de China, en la que se mezclan anécdotas personales con datos objetivos y con una buena información sobre los acontecimientos políticos y sociales. Hablando de anécdotas, contó Higueras que hace más de 20 años, cuando todo en China era secreto y prohibido, se enteró de que iba a ponerse en marcha una empresa vinícola mixta chino-francesa. Como corresponsal de Efe, llamó a uno de los responsables chinos de la empresa y quedó con él para hacerle una entrevista. "Él no me contó casi nada, pero me preguntó sobre tipos de uva, añadas, bodegas, y yo le conté lo que sabía de los vinos españoles", explicó. "Al final, de un modo abrupto, se fue. Al día siguiente, recibí una llamada telefónica en la que se me informaba de que iban a acusarme de espionaje industrial por intentar obtener datos secretos. Por suerte, al final quedó en nada, pero esto da una idea de cómo era la China de hace años. Nada que ver con la de ahora. Antes sólo podías conocer a unos pocos chinos seleccionados por el Gobierno; ahora, en cambio, puedes relacionarte con quien quieras". China, por suerte, ha cambiado. Eugeni Bregolat, que ha sido embajador en Pekín en dos etapas (1987-1991 y 1999-2003), resumía el cambio espectacular del país con estas palabras: "Se parecen tan poco la China de hace 20 años y la de ahora que es como si hubiera sido embajador en dos países distintos". Bregolat, como buen diplomático, ilustró el cambio con cifras: "Según el Banco Mundial, cuando en 1978 empezaron las reformas de Deng Xiaoping, había un 60% de chinos que vivían en la pobreza, con menos de un dólar al día. Ahora, la cifra ha bajado al 7%. Es decir, 500 millones de chinos han salido de la miseria. Nunca tantos en tan poco tiempo habían salido de la miseria. China ha hecho en una generación lo que la mayoría de los países hacen en siglos". En La venganza del dragón, Georgina Higueras habla sobre los cambios políticos, pero también sobre la nueva educación, el desarraigo de la juventud, el ejército, la religión, la generación Internet, los campesinos y, claro está, los nuevos millonarios. Volvamos a las cifras: hay ahora en China más de 200 millones de teléfonos móviles (crecen a un ritmo de más de cinco millones al mes) y más de 80 millones de internautas. Es imposible saber el número de nuevos millonarios, pero lo cierto es que cada vez hay más coches de lujo y familias que pueden permitirse enviar a sus hijos a estudiar en el extranjero. "Algún día veremos en la cúpula del Partido Comunista Chino a gente formada en Estados Unidos", vaticinó Bregolat, quien insistió en el hecho de que los chinos son unos pragmáticos que se lanzaron a la modernización porque vieron que el camino anterior no llevaba a ninguna parte. "Lo que está pasando en China desafía la imaginación", insistió Bregolat. "¿Quién podía haber previsto hace 20 años el surgimiento de nuevas clases sociales?, ¿quién podía haber previsto las dimensiones de la modernización? Es tan fascinante lo que ocurre allí que cuando Aznar visitó China, hace unos años, le dije: 'Me interesa tanto este país que si quieres no hace falta que me pagues".

Las paredes de la sala de la FNAC donde se hizo la presentación del libro estaban decoradas con reproducciones de pósters de los tiempos de la Revolución. Son esos pósters en los que se ve a Mao con un aura divina y en los que los obreros trabajan con la sonrisa en los labios y sin un atisbo de duda sobre lo felices que son al entregarse al partido. Son cuadros sin sombras, sin matices, con trampa. Todo lo contrario de la China que surge de La venganza del dragón, de la China llamada a ser protagonista del siglo XXI.

"Se calcula que en el 2020", terminó Bregolat, "China será la primera potencia turística del mundo; la visitarán 100 millones de turistas y otros 100 millones de chinos saldrán a hacer turismo por el mundo". Como les dé por Gaudí como a los japoneses, no tardaremos en verlos en grupos de miles por La Rambla.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En