Incomparable Schumacher

¿Por qué tengo que retirarme si cada vez me divierto más conduciendo? Ni el sexto título mundial, registro que le sitúa ya como el piloto más grande de la historia de la fórmula 1, un peldaño por encima del mítico Juan Manuel Fangio, ha rebajado la voracidad de Michael Schumacher. Pese a que el 48% de sus compatriotas le invitan a jubilarse, el alemán desafió ayer nuevamente a los dueños del circo a evitar que en un año vuelva a proclamarse campeón.

Después de que Ecclestone y Mosley se pasaran el invierno inventando todo tipo de cambios para animar el campeonato, Schumi s...

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¿Por qué tengo que retirarme si cada vez me divierto más conduciendo? Ni el sexto título mundial, registro que le sitúa ya como el piloto más grande de la historia de la fórmula 1, un peldaño por encima del mítico Juan Manuel Fangio, ha rebajado la voracidad de Michael Schumacher. Pese a que el 48% de sus compatriotas le invitan a jubilarse, el alemán desafió ayer nuevamente a los dueños del circo a evitar que en un año vuelva a proclamarse campeón.

Después de que Ecclestone y Mosley se pasaran el invierno inventando todo tipo de cambios para animar el campeonato, Schumi se presentó en Suzuka con la hoja de cálculo cuadrada: puesto que desde esta temporada puntúan los ocho primeros, llegó el octavo, lugar que le garantizaba la corona con independencia del puesto que alcanzara Raikkonen. Schumacher vino a decir que su reinado es incuestionable, tanto si se le aplica la nueva reglamentación -acabó todas las carreras, salvo la de Brasil, y para nada le importó que Fernando Alonso le doblara en Budapest a cambio de sumar otro punto- como la vieja: seis triunfos por dos de sus grandes rivales.

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Frente a la épica y el romanticismo que despertaron otros pilotos como Senna, conocido como Robin Hood, Schumacher responde a una lógica tan implacable que causa dolor entre sus adversarios. Ni la militancia en la pasional Ferrari ha dulcificado su imagen de frialdad, a gusto con la exigencia, siempre fiable, capaz de vencer en Imola un día después de la muerte de su madre. A sus 34 años, es el número uno y se ha rodeado del mejor equipo para suerte de la marca italiana, en la que, a diferencia de cuanto ocurre en Williams o McLaren, la jerarquía no se discute. Así de simple, así de sencillo.

Los campeones ayudan a desarrollar las grandes escuderías, de ahí que Valentino Rossi se plantee abandonar Honda para desarrollar la nueva Yamaha después de que ayer, a sus 24 años, lograra en Sepang su quinto título mundial, el segundo en la categoría MotoGP. Al igual que Schumacher, Rossi se ha dicho que los límites no se los pondrán los demás, sino que será él quien los decida.

Más que por las reglas o los equipos, el italiano y el alemán se sienten preocupados por sus adversarios. Si el futuro rival de Rossi podría salir de la cantera española, con Toni Elías y Dani Pedrosa -campeón mundial de 125cc desde ayer- a la cabeza, es bien seguro que una de las alternativas a Schumacher se llama Fernando Alonso.

Michael Schumacher celebra con el equipo Ferrari su sexto título mundial de fórmula 1.EFE

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