La candidatura de Amigó gana el primer pulso a la de Morera en la ponencia de estatutos del Bloc

La intervención de Pere Mayor a favor del candidato a secretario general no surte efecto

Los delegados que asisten hoy al congreso extraordinario del Bloc Nacionalista Valencià tendrán que elegir entre la candidatura de Maria Josep Amigó y la de Enric Morera tras fracasar los intentos para buscar una fórmula de consenso. Morera defendió ayer la inclusión de una enmienda a la ponencia de Estatutos para separar la votación de la secretaría general de la del resto de integrantes que compondrán la nueva Ejecutiva Nacional. Una fórmula con la que pretendía ganar ventaja sobre Amigó, pero los delegados la rechazaron y optaron por votar equipos cerrados.

Una enmienda, que en otras...

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Los delegados que asisten hoy al congreso extraordinario del Bloc Nacionalista Valencià tendrán que elegir entre la candidatura de Maria Josep Amigó y la de Enric Morera tras fracasar los intentos para buscar una fórmula de consenso. Morera defendió ayer la inclusión de una enmienda a la ponencia de Estatutos para separar la votación de la secretaría general de la del resto de integrantes que compondrán la nueva Ejecutiva Nacional. Una fórmula con la que pretendía ganar ventaja sobre Amigó, pero los delegados la rechazaron y optaron por votar equipos cerrados.

Una enmienda, que en otras circunstancias hubiese sido rechazada sin pena ni gloria, se convirtió ayer en el caballo de batalla de la primera jornada del congreso extraordinario del Bloc, convocado tras el fracaso de las últimas elecciones autonómicas en las que tampoco se obtuvo representación parlamentaria.

La enmienda presentada por Lluís Calatayud, de la comarca de la Vall d'Albaida, consistía en esencia en pedir dos votaciones separadas. Una primera para elegir sólo la persona que ocuparía la secretaría general y, posteriormente, una segunda para votar la lista de la Ejecutiva presentada por el nuevo secretario general. Una fórmula que suponía cambiar el actual sistema basado en la elección de un equipo completo, con candidaturas en las que figuran todos los cargos de dirección. Esta enmienda se dejó pasar sin votos en contra en la comarca porque no se encontraba el proponente para defenderla; y posteriormente se llevó al congreso pese a la oposición de la comisión redactora de la ponencia de los estatutos y los principales miembros del partido, incluido Enric Morera.

Sin embargo, ayer se convirtió en el eje del debate. Hasta 15 intervenciones se produjeron en la defensa y rechazo de la enmienda. Los partidarios de la candidatura de Enric Morera salieron en su defensa, incluido el todavía presidente del partido, Pere Mayor. En esencia los partidarios de la enmienda defendieron que la mejor manera de desbloquear la falta de consenso era echar a la basura el trabajo realizado en la confección de las candidaturas; elegir al secretario general y que, finalmente, la persona elegida integrase en su propuesta de ejecutiva al sector perdedor en la misma medida que porcentaje de votos hubiese sacado. Los detractores de la enmienda, entre los que figuró Antoni Porcar -miembro de la candidatura de Amigó-, basaron su posición en la necesidad de elegir a la Ejecutiva más sólida para que gobierne el partido con el respaldo de todos.

Finalmente, la votación arrojó un resultado de 251 votos a favor, 258 en contra y 13 abstenciones sobre un total de 559 delegados acreditados. La discusión y rechazo de la enmienda imposibilita la existencia de un espacio de negociación en las horas previas a la votación que hoy elegirá nueva Ejecutiva.

Espadas en alto

Aunque el gesto no acompañaba las palabras y el resultado tampoco, Enric Morera calificó ayer de "positivo" el resultado de la primera votación en la que su candidatura midió fuerzas con la de Amigó. "Era difícil de ganar porque mucha gente no conoce el contexto", indicó el candidato, que tachó de "muy difícil la posibilidad de acuerdo" con la candidatura de Maria Josep Amigó. La candidata a la secretaría general, más satisfecha que su oponente, explicó que habían solicitado la retirada de la enmienda para seguir negociando con el sector de Enric Morera pero que no habían querido.

En este ambiente, ambos candidatos dieron ayer por hecho que las espadas están en alto y que serán hoy los delegados los que tendrán la última palabra. Tanto Amigó como Morera saben que el perfil de la asamblea puede cambiar hoy, ya que 763 delegados tienen derecho a acreditarse hasta la hora de la votación y ayer sólo había acreditados 559. Aunque el primer asalto se había decantado, por puntos, a favor de Amigó.

Probablemente, quien ayer resultó más damnificado por la votación de una modesta enmienda -sobre la que nadie imaginó tal discusión- sea Pere Mayor, que no pudo decantar la situación hacia un escenario en el que seguir contando con una buena dosis de protagonismo.

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