Imprescindibles

Toda una lección de pop inteligente, con buen sonido y extraordinarias letras, la ofrecida por Ellos, un dúo de Pozuelo que parece haber encontrado un túnel del tiempo de ida y vuelta que lleva directamente a los años ochenta. Con la sala abarrotada de fans que demostraron saberse todas las letras, sobre todo las de su segundo y extraordinario disco, Ni lo sé, ni me importa, Guille Mostaza y Santi Capote atacaron un repertorio que puede satisfacer plenamente a un público muy variado con la única condición de que sepa apreciar el pop bien hecho. Ellos tienen guitarras, aires tecno...

Toda una lección de pop inteligente, con buen sonido y extraordinarias letras, la ofrecida por Ellos, un dúo de Pozuelo que parece haber encontrado un túnel del tiempo de ida y vuelta que lleva directamente a los años ochenta. Con la sala abarrotada de fans que demostraron saberse todas las letras, sobre todo las de su segundo y extraordinario disco, Ni lo sé, ni me importa, Guille Mostaza y Santi Capote atacaron un repertorio que puede satisfacer plenamente a un público muy variado con la única condición de que sepa apreciar el pop bien hecho. Ellos tienen guitarras, aires tecno, melodías pop, ambiente juvenil y, sobre todo, sus canciones no pertenecen al género de lo prefabricado o inducido por avispados productores o agentes de la industria musical o televisiva.

Con el cantante Guillermo Mostaza en plan estrella total, la banda fue desgranando historias de intimidad con aire de reproche -Dicen que te vas-, pequeñas venganzas personales de compañeros de colegio atléticos e insufribles -Campeón- o de bellas groupies de manual -Zona VIP- y, cómo no, un rendido homenaje a dos de los mejores compositores del pop español de todos los tiempos -Canut y Berlanga- con la recreación del clásico Ni tú, ni nadie. Un concierto inmejorable, de esos que llevan al espectador al convencimiento de que no todo está perdido, aunque la OTitis que sufrimos todos sea aún tremenda.