Crítica:VALLADOLID | LA LIDIA

Los toros bonsái

Era tal la falta de trapío de la materia prima que se lidió, que hubo quien pensó que se trataba de bonsáis del mismo género, cornamenta incluida. Para colmo, inválidos o con la solicitud presentada para tal certificado. "¡Qué emoción!", gritó un aficionado antes de caer fulminado por las miradas de los simpatizantes de los toreros. Muerta la emoción y callada la afición, todo fue coser y cantar para los tres relumbrones del toreo anunciados.

Ponce no pasó de porfión ante su inválido lote. Finito de Córdoba marcó las separaciones a su primero. Entre el toro y él pasaba perfectamente el ...

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Era tal la falta de trapío de la materia prima que se lidió, que hubo quien pensó que se trataba de bonsáis del mismo género, cornamenta incluida. Para colmo, inválidos o con la solicitud presentada para tal certificado. "¡Qué emoción!", gritó un aficionado antes de caer fulminado por las miradas de los simpatizantes de los toreros. Muerta la emoción y callada la afición, todo fue coser y cantar para los tres relumbrones del toreo anunciados.

Ponce no pasó de porfión ante su inválido lote. Finito de Córdoba marcó las separaciones a su primero. Entre el toro y él pasaba perfectamente el autobús de marras. Ventajista y extrafino. Un bis hizo en el quinto. El Juli se pasó gritando a su invadido primero "Eh, toro, eh", por lo que le aplaudieron. En el sexto bis, el mejor presentado del encierro, por algo era el sobrero, lució con el percal chicuelinas, lopecinas, etcétera. Faena inteligente, pero vulgar. Rajado el toro, encimismo y adorno. Le regalaron dos orejas.

Río Cortés / Ponce, Finito, El Juli

Toros de Victoriano del Río Cortés, sin presencia, descastados e inválidos, sobrero bien presentado. Ponce: palmas en los dos. Finito: palmas y oreja. El Juli: palmas y dos orejas. Plaza de Valladolid, 10 de septiembre, 5º de feria. Casi lleno.

No se crea por esto que los aficionados a los toreros se aburrieron. Bien al contrario, aplaudieron a rabiar metisacas, bajonazos, desarmes, enganchones, hasta las caídas de los toros bonsáis aplaudieron.

Esta clase de festejos son con los que el taurinismo cuenta para hacer desaparecer la verdadera corrida de toros. Bueno, cuenta con éstos y con la autoridad, que es permisiva en todo. Mañana repiten las figuras. Que Dios reparta suerte.

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