El buen oficio de El Fundi

Muy cómoda de cara, apenas ofensiva, la corrida de Ana Romero tuvo interés. Fue corrida crecida a partir del segundo tercio, a pesar de no estar sobrada de fuerzas. Y con clase. Como el tercero, que, además de codicioso, desplegó una gran calidad. Toro bien entendido por Alberto Ramírez, que lo toreó con la firmeza exigida. Dos toros algo a menos fueron el lote de El Fandi, pero de buena condición. El primero falto de fuerzas, y el cuarto, que nunca escondió su calidad, se mermó en un porrazo durante el primer tercio. El oficio y la capacidad fueron las cualidades más notables de un Fundi que ...

Muy cómoda de cara, apenas ofensiva, la corrida de Ana Romero tuvo interés. Fue corrida crecida a partir del segundo tercio, a pesar de no estar sobrada de fuerzas. Y con clase. Como el tercero, que, además de codicioso, desplegó una gran calidad. Toro bien entendido por Alberto Ramírez, que lo toreó con la firmeza exigida. Dos toros algo a menos fueron el lote de El Fandi, pero de buena condición. El primero falto de fuerzas, y el cuarto, que nunca escondió su calidad, se mermó en un porrazo durante el primer tercio. El oficio y la capacidad fueron las cualidades más notables de un Fundi que acostumbrado a otras batallas, lo vio fácil.

El Califa tuvo un lote dispar. Cojitranco su primero y distraído a la salida del muletazo, no le dejó llegar a la gente. El quinto fue el de mejor estilo en varas, pero de menor clase en la muleta. Algo incómodo y sin humillar, dejó a El Califa en tono tan popular como ligero. El toro que cerró plaza no tuvo clase, aunque noble, mas no tonto, dejó estar a Alberto Ramírez, que se lo trajo y lo llevó con cierta comodidad.