El funeral por el obispo Antoni Deig tuvo acento nacionalista

El catolicismo catalán y el nacionalismo en un sentido amplio despidieron ayer por la tarde al obispo emérito de Solsona, Antoni Deig, que estuvo al frente de la diócesis durante 11 años (1990-2001) y falleció el pasado martes al no poder superar dos intervenciones quirúrgicas para extirparle células cancerígenas del aparato digestivo.

El funeral tuvo momentos de especial intensidad que no estaban escritos en el guión del obispo de Solsona, Jaume Traserra, que presidía la ceremonia. En el momento de la comunión, un grupo de personas, encabezadas por el sociólogo Salvador Cardús y que se...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El catolicismo catalán y el nacionalismo en un sentido amplio despidieron ayer por la tarde al obispo emérito de Solsona, Antoni Deig, que estuvo al frente de la diócesis durante 11 años (1990-2001) y falleció el pasado martes al no poder superar dos intervenciones quirúrgicas para extirparle células cancerígenas del aparato digestivo.

El funeral tuvo momentos de especial intensidad que no estaban escritos en el guión del obispo de Solsona, Jaume Traserra, que presidía la ceremonia. En el momento de la comunión, un grupo de personas, encabezadas por el sociólogo Salvador Cardús y que se definieron como amigos del obispo Deig, colocó sobre el féretro una senyera, y la catedral arrancó en aplausos. Pero el sentido de pérdida de un valor del nacionalismo catalán tuvo una segunda parte cuando, en el momento de finalizar el entierro de Deig, desde el fondo de la basílica unos jóvenes prorrumpieron en gritos de Visca Catalunya y arrancaron una interpretación de Els Segadors que ahogó los cánticos de sentido religioso que intentaron emprender los 14 obispos catalanes, el abad de Montserrat y el arzobispo de Tarragona, que presidían la ceremonia.

La interpretación del himno de Cataluña fue seguida por la amplia representación del Gobierno de la Generalitat, encabezada por su presidente, Jordi Pujol -asistieron el presidente del Parlament, Joan Rigol, y los consejeros Jordi Vilajoana, Josep Maria Pelegrí, Xavier Pomés, Josep Grau y Ramon Espadaler-, y también por numerosos religiosos que se sentían cómodos con el papel de líder nacionalista dentro de la Iglesia catalana que desempeñó Deig. Pujol se mostró partidario, tras el funeral, de encontrar algún sucesor de Deig que mantenga el mensaje de que "la Iglesia es universal pero debe estar entronizada con la realidad de cada país".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En