Crónica:CAMPEONATOS DEL MUNDO DE NATACIÓN

Estrellas al agua

Sant Jordi abre su piscina hoy a todos los grandes del planeta

Una característica novedosa define los Mundiales de Barcelona: se celebran en un año preolímpico. Significa que difícilmente se verán caras diferentes en los Juegos de Atenas y que la piscina del Sant Jordi se utilizará como banco de pruebas por las grandes potencias y sus estrellas. En Barcelona se anticipará desde hoy el combate entre Ian Thorpe, Michael Phelps y Pieter Van den Hooegenband. Será el momento de ver la respuesta de la nortemaricana Nathalie Coughlin al tremendo calendario que le espera en los próximos días. Se analizará con detalle la respuesta del equipo español en un escenari...

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Una característica novedosa define los Mundiales de Barcelona: se celebran en un año preolímpico. Significa que difícilmente se verán caras diferentes en los Juegos de Atenas y que la piscina del Sant Jordi se utilizará como banco de pruebas por las grandes potencias y sus estrellas. En Barcelona se anticipará desde hoy el combate entre Ian Thorpe, Michael Phelps y Pieter Van den Hooegenband. Será el momento de ver la respuesta de la nortemaricana Nathalie Coughlin al tremendo calendario que le espera en los próximos días. Se analizará con detalle la respuesta del equipo español en un escenario favorable, después del fracaso de Sydney. Llegan los chinos envueltos en el misterio de siempre. En los Mundiales de Roma 94 arrollaron como lo hacían las grossen Berthas de la RDA en los años setenta y ochenta. En Sydney, seis años después, eran incapaces de alcanzar las finales, en medio de las sospechas sobre programas masivos de dopaje. Será también el momento de medir los progresos de los británicos, dirigidos por el duro australiano Bill Swetenham, y el estado de los italianos, con Rossolino, Brembilla y Boggiato al frente del equipo. Fuera de las ausencias de la alemana Franciska Van Almsick, todas las estrellas acuden a Barcelona por lo que significan los Mundiales y por los datos que ofrecerá apenas un año antes de los Juegos de Atenas.

Nina Jivaneskaia es, como de costumbre, la bandera del equipo español

El panorama ha cambiado muy poco desde Sydney 2000. No hay grandes novedades. Thorpe y Van den Hoogenband siguen como máximos referentes de la natación actual, lo mismo que el australiano Grant Hackett, que busca su tercer título consecutivo en 1.500 metros. La noticia en el mundillo de la natación ha sido la ascensión del norteamericano Michael Phelps a la categoría de aspirante al cetro de Thorpe. Phelps participó en Sydney con 15 años y desde entonces ha confirmado todo lo que anunciaba desde niño. Es un genio. En los Mundiales de Barcelona se enfrentará a la presión que se deriva de su condición de gran estrella. Thorpe respondió con éxito al mismo interrogante en los Juegos de Sydney. Ahora le toca al americano. Aaron Peirsol, otro nadador que causó sensación en Sydney por su precocidad, pretende dominar las pruebas de espalda. Pero sustancialmente el paisaje no se ha modificado. Todos ellos están destinados a protagonizar los próximos Juegos Olímpicos.

Lo mismo sucede en la categoría femenina, donde los nombres se repiten desde hace años: la holandesa Inge de Bruin, la eslovaca Moravcova, la ucrania Klochkova, la estadounidense Jenny Thompson. Sólo hay una excepción, pero es de primer orden. Nathalie Coughlin, 20 años, no participó en Sydney. Desde entonces se ha convertido en una celebridad. Es la primera mujer que ha bajado del minuto en los 100 metros espalda, la primera estadounidense que ha bajado de 54 segundos en 100 metros libre y figura entre las tres mejores de la historia en 100 mariposa. Su duelo con la española Nina Jivaneskaia y la inglesa Sarah Price en los 100 espalda será uno de los momentos estelares de los Mundiales.

Jivaneskaia es, como de costumbre, la bandera del equipo español. Los Juegos de Sydney manifestaron el estancamiento de España, o regresión si se compara con los progresos de varios países europeos que no se habían destacado por sus hazañas en las piscinas. Algunos datos señalan una mejoría que necesita concretarse en Barcelona. Los españoles juegan en casa, circunstancia que no deben desaprovechar. De lo contrario, sería difícil de explicar qué ocurre en la natación. Jivaneskaia parece el valor más seguro en 50 metros espalda y en 100 espalda. En la misma especialidad, pero en la categoría masculina, David Ortega ha respondido a algunos escépticos con unas marcas excelentes, sobre todo en 50 metros, donde está en condiciones de buscar una medalla.

Será interesante observar a Erica Villaécija en 400 y 800 metros libres. Su progresión es firme y todavía parece lejana a sus límites. Buena competidora como es, sería una gran noticia su acceso a alguna final: le abriría nuevas expectativas con respecto a los Juegos de Atenas. El equipo femenino de 4x200 metros también tiene como objetivo alcanzar la final. En un momento de incertidumbre general, este equipo se ha distinguido por su capacidad de respuesta a los grandes retos. No hay mucho más donde elegir, porque no son tiempos de abundancia. En el mejor de los casos, a España le corresponde un papel absolutamente menor en las pruebas de natación, cosa que no ha ocurrido en waterpolo y sincronizada.

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