Crítica:FLAMENCO

Los flamencos recuerdan a Edith Piaf

En el Círculo de Bellas Artes de Madrid fue presentado un espectáculo nada convencional en recuerdo de la genial Edith Piaf, de cuya desaparición se cumplen 40 años. Siguiendo la línea del disco-espectáculo Chanson flamenca, que fue un homenaje jondo a la canción francesa y tuvo -el disco- un considerable éxito, los mismos productores retoman aquel formato.

En esta ocasión las canciones de Edith Piaf, algunos de sus temas inolvidables, son recuperadas por la cantaora y bailaora Ana Salazar, que mezcla ambas facetas con acierto. En el cante hay que decir que no son versiones propi...

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En el Círculo de Bellas Artes de Madrid fue presentado un espectáculo nada convencional en recuerdo de la genial Edith Piaf, de cuya desaparición se cumplen 40 años. Siguiendo la línea del disco-espectáculo Chanson flamenca, que fue un homenaje jondo a la canción francesa y tuvo -el disco- un considerable éxito, los mismos productores retoman aquel formato.

En esta ocasión las canciones de Edith Piaf, algunos de sus temas inolvidables, son recuperadas por la cantaora y bailaora Ana Salazar, que mezcla ambas facetas con acierto. En el cante hay que decir que no son versiones propiamente flamencas, aunque en verdad una voz flamenca siempre suena distinta y su peculiar forma de decir presta matices propios a la canción.

A solas. Homenaje a Edith Piaf

Cante y baile: Ana Salazar. Con Pepe Rivero (piano), Antonio Serrano (acordeón), Jesús Mañeru (cajón), Alain Pérez (bajo), David Tabares (guitarra), Fernando Deleyto (guitarra eléctrica), Nanda Kumar (tabla). Círculo de Bellas Artes. Madrid, 12 de junio.

Curiosamente, la voz de Ana Salazar -a quien se ve muy metida en un empeño sumamente atractivo, pero nada fácil- tiene un timbre y una calidez que nos recuerda por momentos la de Piaf.

Pinceladas

El baile subraya con mayor énfasis la intención flamenca del homenaje. Ana Salazar, quien por lo que tengo entendido se ha significado hasta ahora más como bailaora que como cantaora, introduce en numerosos momentos del recital pasos de baile flamenco, que ejecuta con muy acertada discreción.

Porque no son números de baile propiamente, sino escuetas pinceladas en un todo que tiene un sentido y una coherencia, a lo que contribuye también que los diversos temas de Piaf van produciéndose sobre el hilo conductor del monólogo de Jean Cocteau La voz humana, en la versión impresionante de Simone Signoret.

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