¡Menudo despiste!

Por orden de Iñaki Sáez, como es lógico, la selección examinó ayer a su rival de hoy. Lo hizo, a través del vídeo, antes de que el técnico y algunos jugadores acudieran a su cita con la prensa. Tras el tiempo de estudio, el primero en asomarse a la ensalada de micrófonos fue Sáez, que destacó el orden defensivo de los norirlandeses y subrayó: "Hay un hombre que me gusta: Gillespie. Marca las diferencias en cuanto a la velocidad y la manera de hacer los cosas". De inmediato, se oyó un murmullo. Como un rayo, un reportero local corrigió a Sáez: "Gillespie no juega. Está sancionado". "Bueno..., h...

Por orden de Iñaki Sáez, como es lógico, la selección examinó ayer a su rival de hoy. Lo hizo, a través del vídeo, antes de que el técnico y algunos jugadores acudieran a su cita con la prensa. Tras el tiempo de estudio, el primero en asomarse a la ensalada de micrófonos fue Sáez, que destacó el orden defensivo de los norirlandeses y subrayó: "Hay un hombre que me gusta: Gillespie. Marca las diferencias en cuanto a la velocidad y la manera de hacer los cosas". De inmediato, se oyó un murmullo. Como un rayo, un reportero local corrigió a Sáez: "Gillespie no juega. Está sancionado". "Bueno..., hablaba de Irlanda del Norte en términos generales". O quizá no.

Minutos después, el turno mediático le correspondió a Salgado, que, por supuesto, no había escuchado a Sáez. "¿Qué opina del adversario": "A tenor del partido que jugamos contra ellos en España [3-0, el 12 de octubre de 2002], se cierra con orden. Nos costó marcar el primer gol. Y... está Gillespie. Rápido, nos puede hacer mucho daño". "Gillespie no juega", soltó la coral periodística. "Ah, pues... mejor", replicó el lateral, quién sabe si aliviado al conocer que no tendrá enfrente a alguien sobre quien quizá se le alertase.

A todo esto, ¿quién es Gillespie? Un jugador de clase media que apura su carrera en el Blackburn Rovers, inglés. Extremo veloz y con cierta habilidad para recortar, comenzó en el Machester United, en el que Alex Ferguson, que entonces no era sir, le dio carrete durante algún tiempo. Claro que, cuando Beckham y Giggs se apoderaron de las orillas de Old Traf-ford, Gillespie se fue al Newcastle y más tarde al Blackburn.

Aunque no se trate de un as, la baja de Gillespie -expulsado ante Grecia, 0-2, el 2 de abril- y la de Lomas, otro de los pretorianos, deja bajo mínimos al cuadro de Sammy McIllroy, uno de los líderes de la selección que ganó a España en su Mundial de 1982. Tan bajo ha caído desde entonces que hoy es la 111ª en la clasificación de la FIFA. Sus estadísticas recientes son elocuentes: diez partidos seguidos sin ganar y 882 minutos sin meter un gol. Hace poco más de un año, en el último amistoso antes de la Copa del Mundo, España le clavó un 0-5 en Belfast en un partido tan sedante para el equipo que entonces dirigía José Antonio Camacho que hasta Puyol marcó un gol, el único en su carrera internacional.

Es tan malo el momento futbolístico de Irlanda del Norte que incluso alguno de sus ilustres del pasado no quiere asomarse al choque. Es el caso de Armstrong, autor del gol contra España en tiempos de Naranjito y ex jugador del Mallorca. Armstrong se encuentra de vacaciones en La Manga del Mar Menor (Murcia) y ha rechazado una oferta de la BBC para comentar desde Windsor Park el lance. Eso sí, aceptó conceder una entrevista al News Setter. En ella alegró el día a un ex colega: "Sammy [McIllroy] debe de estar agradecido por que Fernando Torres esté con los sub 21. En mi opinión, maneja muy bien las dos piernas, es brillante en el juego aéreo y muy rápido. Será la gran estrella española de los próximos 15 años".