FÚTBOL | 36ª jornada de Liga

San Sebastián festeja por anticipado el título

Por si acaso, por si el Madrid fallaba y por si el Deportivo no resurgía, San Sebastián decidió celebrar por anticipado el posible título de Liga. La capital guipuzcoana se pobló de banderas blanquiazules durante el fin de semana. Hasta el Kursaal, la obra monumental de Moneo, se iluminó de azul y blanco homenajeando a un equipo, la Real Sociedad, que roza el triunfo absoluto cuando en los últimos años rozaba el descenso.

En cierto modo, un paseo por la ciudad sugería que su equipo ha ganado el título más importante de Europa. Parecía el día después y no el día anterior de un acontecimi...

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Por si acaso, por si el Madrid fallaba y por si el Deportivo no resurgía, San Sebastián decidió celebrar por anticipado el posible título de Liga. La capital guipuzcoana se pobló de banderas blanquiazules durante el fin de semana. Hasta el Kursaal, la obra monumental de Moneo, se iluminó de azul y blanco homenajeando a un equipo, la Real Sociedad, que roza el triunfo absoluto cuando en los últimos años rozaba el descenso.

En cierto modo, un paseo por la ciudad sugería que su equipo ha ganado el título más importante de Europa. Parecía el día después y no el día anterior de un acontecimiento importante.

El Madrid había cumplido parte del pacto festivo con su empate ante el Celta. El Deportivo lo incumplió ganando agonísticamente al Atlético antes de recluirse frente al televisor para ver si aún les queda algo que decir en el campeonato.

Daba igual. El estadio de Anoeta era una fiesta, lleno, probablemente igualando su mejor registro: esta temporada, contra el Madrid, se dieron cita 31.529 espectadores, el récord de su historia. Ayer se rondó esa cifra en un partido señalado y previsiblemente se romperá en la última jornada, frente al Atlético.

Todo empezó con aplausos. A los habituales que celebran la salida del equipo se añadieron los que recibió Kote Pikabea cuando saltó al terreno de juego, de paisano -no estaba convocado-, para recibir la insignia de oro y brillantes del club. Pikabea, un fruto de la cantera que durante años fue el chico discreto de la defensa que siempre estaba en su sitio, no cuenta para Raynald Denoueix, que ha preferido siempre a Jauregi, Schurrer, Kvarme o al joven Gurrutxaga. Pikabea no seguirá el año que viene en la Real, precisamente cuando el equipo de su vida regrese a la máxima competición europea, pase lo que pase en los dos próximos partidos. Fue el último momento de gloria de un hombre que jamás levantó la voz, pero que quiere seguir jugando si la recesión del mercado lo permite. Fue un toque emotivo, como requería la ocasión. No será el único que se vaya. Nombres ilustres como Khokhlov, Alberto o Tay-fun también tienen más que comprometido su futuro en el equipo donostiarra.

Claro que la Real sigue trabajando la cantera por todas partes. Su último éxito ha sido el fichaje de Imanol Agirretxe, un futbolista de categoría cadete que hasta ahora militaba en el Athletic. La Real le ha ofrecido un contrato económicamente mejor a este jovencito de Usurbil y el Athletic se ha quedado sin el delantero internacional de 16 años y 185 centímetros de estatura. Otro producto inicial del Antiguoko, el mismo club del que salieron los hermanos Alonso o Mikel Arteta, entre otros futbolistas. Están cambiando los tiempos.

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