El Rayo tira sus cartas
El conjunto vallecano, incapaz de darse esperanzas ante un Osasuna de circunstancias
Visto que la primera parte resultó un desastre, una vulgar parodia, el técnico rayista recurrió al heroismo para aferrarse a la Primera en la reanudación. El Rayo cuenta con jugadores capacitados para hacer del fútbol algo más digno, como Michel o Iriney, si bien terminaron ensombrecidos por el dislate que Osasuna plantó en el campo. Es cierto que el Rayo pobló el área rival de jugadores y que se apropió de la pelota cuando el partido se extinguía, pero siempre con la brega por bandera, un tipo de lucha infructuosa. Así las cosas, la grada la tomó con el árbitro, que tuvo que salir esc...
RAYO VALLECANO 0 - OSASUNA 0
Rayo Vallecano: Etxeberría; Mauro, Corino, Onopko, Graff; Mora (Bolo, m. 46), Iriney, Azkoitia (Luis Cembranos, m. 75); Peragón, Míchel; y Bolic.
Osasuna: Sanzol; Izquierdo, Cruchaga, Josetxo, Antonio López; Muñoz (Mateo, m. 57), Pablo García, Palacios, Gancedo (Alfredo, m. 64); Valdo; y Morales (Aloisi, m. 88).
Árbitro: Dauden Ibañez. Expulsó por roja directa a Iriney en el minuto 83. Amonestó a Azkoitia, Mauro, Bolo, Mora, Onopko, Segura (portero reserva), Graff, Cruchaga, Izquierdo y Valdo.
Unos 9.000 espectadores en el estadio Teresa Rivero. Los 18 jugadores del Rayo convocados saltaron al campo con una camiseta en el que figuraba la frase "Ánimo Yubero", dirigida al ex portero rayista que sufre cáncer en el hígado y el páncreas.
Visto que la primera parte resultó un desastre, una vulgar parodia, el técnico rayista recurrió al heroismo para aferrarse a la Primera en la reanudación. El Rayo cuenta con jugadores capacitados para hacer del fútbol algo más digno, como Michel o Iriney, si bien terminaron ensombrecidos por el dislate que Osasuna plantó en el campo. Es cierto que el Rayo pobló el área rival de jugadores y que se apropió de la pelota cuando el partido se extinguía, pero siempre con la brega por bandera, un tipo de lucha infructuosa. Así las cosas, la grada la tomó con el árbitro, que tuvo que salir escoltado por las Fuerzas del Seguridad, triste colofón a un partido que ha colocado al Rayo, salvo milagro, en Segunda División.