Reportaje:

Hamlet en la siderurgia

Peter Brook condensa la carga trágica de la obra de Shakespeare en un montaje multicultural en la antigua nave saguntina

Hace 50 años que Peter Brook puso en escena Hamlet. Desde ayer y hasta el próximo sábado, un nuevo montaje de la obra de Shakespeare, La tragedia de Hamlet, servida también por el prestigioso director teatral, se puede ver en la nave de repuestos de la antigua siderurgia del Puerto de Sagunto. ¿Por qué volver con una nueva versión? Brook miró el vaso y la botella que tenía a su lado, en la conferencia de prensa que dio ayer, y dijo: "El agua es la misma pero puede ir a vasos distintos. Observen cómo la forma es diferente, aunque la función es la misma: contener agua". Con el teat...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hace 50 años que Peter Brook puso en escena Hamlet. Desde ayer y hasta el próximo sábado, un nuevo montaje de la obra de Shakespeare, La tragedia de Hamlet, servida también por el prestigioso director teatral, se puede ver en la nave de repuestos de la antigua siderurgia del Puerto de Sagunto. ¿Por qué volver con una nueva versión? Brook miró el vaso y la botella que tenía a su lado, en la conferencia de prensa que dio ayer, y dijo: "El agua es la misma pero puede ir a vasos distintos. Observen cómo la forma es diferente, aunque la función es la misma: contener agua". Con el teatro pasa lo mismo y una obra no puede separarse de las personas que actúan, inseparables de la época en que viven, añadió. Además, "una puesta en escena dura como máximo cinco años; después pasa de moda".

Una época, la de hoy, caracterizada en buena medida por la multiculturalidad. Brook, director del Centro Internacional de Creación Teatral de París, siempre se ha mostrado muy sensible a este fenómeno. "El nacionalismo y el racismo son sólo expresiones de imbecilidad humana", afirma. En su opinión, el teatro es el "lugar donde podemos atravesar las barreras trágicas del mundo, que imponen la lengua, la cultura o la religión". Él trabaja a menudo con actores y colaboradores de distintos orígenes, lo que hace el resultado "siempre más rico". Es el caso de este Hamlet, interpretado por un actor de raza negra, William Nadylam, en el papel del príncipe danés, con respecto al de hace 50 años, cuando trabajó con "ingleses y encerrado en la isla de la cultura británica". La obra es una versión francesa adaptada por Marie-Hélène Estienne (también ayudante de dirección) y el conocido guionista Jean-Claude Carrièrre. En la nave saguntina, única instalación de la Ciudad de las Artes Escénicas, se ofrecen subtítulos electrónicos en castellano traducidos por Fernando Gómez Grande. La entrada para ver esta obra, que ha merecido excelentes críticas a su paso por Barcelona y otras ciudades europeas, cuesta 15 euros y se puede adquirir en Servientrada, en El Corte Inglés y en las taquillas de la nave dos horas antes. El presupuesto de las cinco representaciones asciende a 27.000 euros. El 25 de junio, Brook realizará el estreno mundial de Tu mano en la mía, de Carol Rocamora, en el Teatre Micalet de Valencia, según explicó la subsecretaria de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar.

La herrumbrosa nave siderúrgica no ha pasado desapercibida al veterano director inglés. Lo dice con sus palabras, que acompaña con una expresión reflexiva, reduciendo sus ojos a una fina raya: "Es una lugar de una belleza extraordinaria y, cuando se entra en él, uno se ve transportado a otro mundo. En este espacio el espectador siente la sensación de estar lavado y preparado para la obra, antes de que empiece".

La tragedia de Hamlet es el producto de condensar el texto. Brook ha simplificado el texto, reduciendo las cinco horas iniciales a dos y cuarto, para adaptarlo al "tempo de hoy", cambiando las escenas "para intentar sacar de esta gran obra, casi sin forma, aquello que llamamos tragedia". Así, el cambio de orden del famoso monólogo del ser o no ser obedece al intento de "llamar la atención sobre la verdadera tragedia, la relación de los protagonistas y el individuo enfrentado a su destino". En el "final feliz" del texto original, "un joven militar dictador llega a salvar el estado de Dinamarca, mientras que hoy estamos en peligro, como se comprueba sólo con ver en la televisión las caras de los jóvenes militares que quieren salvarnos". "Por esta razón preferí dejar la obra con la verdadera interrogación profunda de Hamlet sobre la vida y la muerte", concluye. Sobre la razón de por qué no tiene que suicidarse. en ese momento.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En