FÚTBOL | Fase de clasificación para la Eurocopa 2004

Los zurditos de Armenia

"Los ucranios son más básicos", afirma el seleccionador español, Iñaki Sáez; "éstos la tocan"

"Tienen un montón de zurditos", comentaba Iñaki Sáez de la selección armenia. En la jerga futbolística, un zurdito es un futbolista ligero, habilidoso, individualista, sin compromisos defensivos, bonito de ver, superficial en la mayoría de las ocasiones. Y zurdo, por supuesto. El seleccionador español se refería a los armenios con el punto de simpatía que no demostraba en el partido con Ucrania. "Son equipos diferentes. Los ucranios son más básicos, juegan en largo y son más poderosos en el aspecto físico. Estos la tocan".

De las antiguas escuelas de fútbol de la URSS, la armenia siempr...

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"Tienen un montón de zurditos", comentaba Iñaki Sáez de la selección armenia. En la jerga futbolística, un zurdito es un futbolista ligero, habilidoso, individualista, sin compromisos defensivos, bonito de ver, superficial en la mayoría de las ocasiones. Y zurdo, por supuesto. El seleccionador español se refería a los armenios con el punto de simpatía que no demostraba en el partido con Ucrania. "Son equipos diferentes. Los ucranios son más básicos, juegan en largo y son más poderosos en el aspecto físico. Estos la tocan".

De las antiguas escuelas de fútbol de la URSS, la armenia siempre se ha distinguido por un cierto barroquismo. Les gusta disfrutar de la pelota, pero no se distinguen por su celo colectivo. Los zurditos prefieren las aventuras individuales, con bastante traslado. Como no les falta habilidad pueden generar dificultades cerca del área, donde el jugador más notable es Petrosian, el media punta que se encarga de los goles. Petrosian juega en la Liga israelí, uno de esos campeonatos que sirven de destino a jugadores de países con poco peso en el mapa futbolístico. A su lado, los gemelos Arman y Artavazd Karamyan, dos delanteros que juegan en la Liga griega y que gozan de gran prestigio en su país de origen, donde Arman fue declarado mejor jugador del año 2002. El segundo lugar fue para su hermano Artavazd, y el tercero para Bilibio.

Armenia, cuya liga no parece la más atractiva del planeta, ofrece la particularidad de contar con un jugador de origen argentino. Se llama Bilibio, es central y forma parte de la formidable diáspora de Argentina. Cerca de mil jugadores han salido de allí para buscarse el pan en todos los continentes, circunstancia multiplicada por la grave crisis económica que sufre el país suramericano desde hace dos años. Bilibio jugó en el Deportivo Armenio, de la Segunda División argentina, antes de enrolarse, en 1999, en el Ararat de Erevan, el principal equipo del país.

Por las noticias y los vídeos, Sáez sabe que los armenios juegan con una defensa de tres y dos carrileros que adquieren bastante protagonismo en el juego del equipo. "Llena el medio campo con mucha gente. Será fundamental superar esa barrera pronto", dice el seleccionador.

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