GUERRA EN IRAK | La opinión del presidente

"Asesinos" en el 'Diario de Sesiones'

Bombas y pánico en Bagdad; explosiones de tensión en el Congreso de los Diputados. Se debate sobre la guerra con misiles de baja, muy baja, cota parlamentaria, abundan las bombas dialécticas de fragmentación.

El Grupo Popular achaca a la oposición la escalada de la violencia verbal. La izquierda replica que, desde las posiciones populares llegan insultos tan frecuentes que suenan a fuego graneado.

El martes pasado, Luis de Grandes, portavoz de los populares, planteó en la Junta de Portavoces la necesidad de reducir la intensidad del fuego cruzado. En rueda de prensa apeló a la me...

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Bombas y pánico en Bagdad; explosiones de tensión en el Congreso de los Diputados. Se debate sobre la guerra con misiles de baja, muy baja, cota parlamentaria, abundan las bombas dialécticas de fragmentación.

El Grupo Popular achaca a la oposición la escalada de la violencia verbal. La izquierda replica que, desde las posiciones populares llegan insultos tan frecuentes que suenan a fuego graneado.

El martes pasado, Luis de Grandes, portavoz de los populares, planteó en la Junta de Portavoces la necesidad de reducir la intensidad del fuego cruzado. En rueda de prensa apeló a la memoria histórica y recomendó a sus adversarios que repasasen los diarios de sesiones de otras épocas para que pudiera advertirse el clima que se generó en el Parlamento español antes de algunos acontecimentos graves. Se entendió como una alusión al clima de extrema tensión antes de la Guerra Civil de 1936. Ayer explicó que sus palabras no pretendían esa referencia expresa, sino un recordatorio a la "escalada verbal" en distintos momentos históricos.

En la trinchera parlamentaria, el obús más grueso -que los populares exhiben para declararse víctimas- ha hecho blanco en el Diario de Sesiones. Al acabar la intervención del presidente del Gobierno, José María Aznar, el pasado martes 18, el Diario refleja que numerosos diputados (del PP) aplaudían, de pie, mientras otros (IU y parte del PSOE) coreaban "¡No a la guerra!". Inmediatamente después el Diario recoge textualmente. "La señora [Marisa] Castro Fonseca: '¡Asesinos!".

Marisa Castro es diputada de IU por Madrid. Ha pedido a la Presidencia que se retire la expresión, aunque explica que no fue ella quien la profirió, sino un compañero de grupo.

¿Y cómo se suprime algo que está impreso y distribuido en unos 2.000 ejemplares que son los que se editan del Diario de Sesiones? Según los servicios técnicos del Congreso, se editará, como en alguna ocasión semejante, una página con el encabezamiento de la publicación y su número, 236, seguido de un "bis". En esa página se hará constar una especie de fe de errores en la que se dirá que donde dice... decir, simplemente... con lo que los "asesinos", desde el punto de vista formal, habrán desaparecido del Diario de Sesiones.

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La diputada Castro, sin embargo, asegura que no está dispuesta a retirar -nadie se lo ha pedido- otra imprecación que figura en el mismo ejemplar unas páginas más adelante. Cuando Aznar terminaba su réplica al líder de IU, Gaspar Llamazares, manifestó su deseo de que Sadam Husein comparezca ante el Tribunal Penal Internacional. El Diario de Sesiones recoge esta apostilla: "La señora Castro Fonseca: 'Y usted también. Los dos".

Anteayer, IU abandonó el hemiciclo porque la Presidencia del Congreso le negó una réplica tras durísimas andanadas de Aznar a Llamazares. El Diario de Sesiones vuelve a recoger para los anales parlamentarios que la diputada Castro, al retirarse con sus compañeros, espetó, presumiblemente a los bancos populares: "¡Cuatreros es lo que sois!".

De los escaños del PP también han salido proyectiles en esta guerra. El día 5 de febrero, un diputado popular lanzó un sonoro "¡Cállate cabrón!", dirigido al líder del PSOE, Rodríguez Zapatero, que no figura en el Diario de Sesiones pero que cruzó el hemiciclo como un trallazo. Sí consta que el miércoles pasado otro diputado del PP le llamó "¡Payaso!", un insulto que le han dirigido en varias ocasiones. Llamazares fue conminado con un "¡Cállate ya!". Ésta es una antología mínima de improperios.

Además, el Diario de Sesiones no puede recoger gestos y actitudes crispados, ni frecuentísimos dedos amenazadores que apuntan agresivamente, desde uno y otro lado, a cualquiera que sólo debería merecer la consideración de adversario.

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