Atenas dirá la última palabra

Una victoria, un suspiro y a apretar los dientes de cara a Atenas. El Barcelona sumó ayer su tercera victoria europea ante el Villeurbanne, pero apenas tuvo tiempo a saborearla. El Olympiacos hizo lo propio con el Olimpia de Ljubliana en su cancha, lo que obliga los azulgrana a vencer, la próxima semana, en pista griega si quieren garantizarse el billete para la final four del Sant Jordi.

En un partido serio, el Barça mudó la triste y desastrosa cara que mostró en Vista Alegre, ante el Estudiantes, y ayer saltó a la cancha dispuesto a resolver el partido en el primer cuarto. O es...

Una victoria, un suspiro y a apretar los dientes de cara a Atenas. El Barcelona sumó ayer su tercera victoria europea ante el Villeurbanne, pero apenas tuvo tiempo a saborearla. El Olympiacos hizo lo propio con el Olimpia de Ljubliana en su cancha, lo que obliga los azulgrana a vencer, la próxima semana, en pista griega si quieren garantizarse el billete para la final four del Sant Jordi.

En un partido serio, el Barça mudó la triste y desastrosa cara que mostró en Vista Alegre, ante el Estudiantes, y ayer saltó a la cancha dispuesto a resolver el partido en el primer cuarto. O eso pareció. Porque tras un inicio fulgurante, en el que Jasikevicius ejecutó a los franceses anontando todo cuanto probó y puso un marcador 8-20, el Barça se fue contagiando del ritmo lento y cansino de los franceses, y fue perdiendo poco a poco la hegemonía que se le suponía y que refrendaba el marcador.

Con Dueñas en el banco, Eftimov se puso las botas en la botella. Sucedió, además, que el Villeurbanne cerró su defensa justamente cuando a Jasikevicius le flaqueó la puntería y el Barça se clavó en ataque. Sin que los azulgranas se dieran apenas cuenta, tenían a los franceses pegados como una sombra (21-24). Pero cuando parecía que el Villeurbanne les podía complicar las cosas a los jugadores de Pesic, éstos arrearon un tímido acelerón y se fueron al descanso con una ventaja que no garantizaba nada (32-38).

Como la cosa iba por rachas, el Barça se presentó en el tercer cuarto como en el inicio del primero: subido de revoluciones y, aparentemente, decidido a no prolongar las dudas hasta el último suspiro. Lo logró, en un principio, cuando Bodiroga y Jasikevicius tomaron el mando ofensivo y al Villeurbanne le dio por fallarlo casi todo. Y así, los azulgrana pegaron un nuevo estirón en el marcador (34-45). Pero fue coger una cómoda ventaja y volverse a dormir. Era como si el partido, lento y poco vistoso, no motivase lo suficiente a los azulgrana. Como si pensaran que, con las rentas del primer cuarto, ya tenían suficiente para meterse el encuentro en el bolsillo. Pero al Villeurbanne no se le escapaba ninguna. A cada desfallecimiento azulgrana, los franceses lanzaban su amenaza (50-53).

Hasta que llegó el periodo defintivo. Entonces, el Barça se puso firme y dio por acabadas las bromas. Enganchado a la buen tono ofensivo de Fucka -cuajó uno de los mejores partidos que se le recuerdan con el Barça-, aceleró el ritmo, blindó su defensa y marcó su máxima diferencia (50-64). La victoria azulgrana ya no peligró.

Grupo G: Olympiacos, 73; Olimpia, 61. Clasificación: 1. Oympiacos (3-1). 2. Barcelona (3-1). 3. Olimpia (2-2). 4. Villeurbanne (0-4).