Entrevista:Lance Armstrong | Ciclista y ganador de las cuatro últimas ediciones del Tour

"Yo estoy con mi presidente"

El ciclista estadounidense Lance Armstrong, el ganador de los últimos cuatro Tours, vive en Girona. En una casa antigua en la ciudad vieja con maderas brillantes que pisa rápido con los pies en calcetines. En un rincón, en la antigua capilla, cuelga una tabla de Cristo en la cruz del siglo XVI. "Necesito un reclinatorio para completar la habitación", comenta. En el patio, dominado por las arcadas de un claustro gótico, unos amigos beben cerveza. En otro cuarto, Sally Jenkins, la periodista que escribió su biografía, trabaja en un ordenador. "Está escribiendo la segunda parte", explica; "sobre ...

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El ciclista estadounidense Lance Armstrong, el ganador de los últimos cuatro Tours, vive en Girona. En una casa antigua en la ciudad vieja con maderas brillantes que pisa rápido con los pies en calcetines. En un rincón, en la antigua capilla, cuelga una tabla de Cristo en la cruz del siglo XVI. "Necesito un reclinatorio para completar la habitación", comenta. En el patio, dominado por las arcadas de un claustro gótico, unos amigos beben cerveza. En otro cuarto, Sally Jenkins, la periodista que escribió su biografía, trabaja en un ordenador. "Está escribiendo la segunda parte", explica; "sobre mi relación con el cáncer". Nos sentamos en un salón inmenso, de altos techos y con una mesa para 20 personas. En el televisor, grande como todo,el presentador de la CNN da las últimas noticias. "Maldita guerra", musita Armstrong antes de apagarla.

"Nadie quiere la guerra. Y yo podría hacer como los artistas, pero he de ser neutral"
"El Tour, dentro de unos años, ya no será nada para mí. Sobrevivirán otras cosas: mis hijos"
"Pedaleamos entre la gente. Espero que podamos separar la política del deporte"

Pregunta. ¿Cambios en su rutina de los últimos años?

Respuesta. Es similar. Intentaré hacer lo mismo, lo más que pueda.

P. ¿Cuándo empezará en serio?

R. Cataluña es mi casa la mayor parte del año y corro la Setmana con ganas, pero los primeros exámenes en serio los tendré en la Amstel Gold Race y en la clásica Lieja-Bastogne-Lieja.

P. ¿Con intención de ganarlas?

R. Prefiero ganar el Tour.

P. Ya estuvo a punto de ganar la Amstel.

R. Un par de veces. Pero quizá me falte la verdadera motivación. El gran premio llega más tarde.

P. ¿Y también el único?

R. Hummm... Quizá, sí.

P. Cuanto más veterano se es más difícil se hace el entrenamiento diario. Usted tiene 31 años, casi 32. ¿Mantiene la ilusión?

R. Sí. Puede llegar el momento en que me canse. Pero todavía no ha ocurrido. ¿Qué edad tenía [Miguel] Induráin en 1996?

P. Treinta y dos años. Se retiró con 32 años y seis meses.

R. Bien.

P. ¿Ha comenzado su ración de sufrimiento para preparar el Tour?

R. Sí, claro. El entrenamiento ocupa casi todo mi calendario. Además, hay otras formas de trabajar: hay que probar el equipo, el material... A finales de mayo y principios de junio, cuando la nieve lo permita, recorreré los Alpes y los Pirineos.

P. Para usted lo único importante en el ciclismo es el Tour. ¿También en su vida?

R. Dentro de cuatro o cinco años, el Tour será nada para mí. No será mi trabajo, no será mi forma de vida. Otras cosas sobrevivirán, como mis hijos. Pero el Tour es ahora muy importante. Me roba tiempo, energía.

P. ¿Permite que algo le perturbe en su preparación para el Tour?

R. Intento que no.

P. ¿Ni la guerra contra Irak?

R. Los ciclistas, competimos en un espacio abierto. No es el fútbol, el tenis... Cuando pedaleamos, estamos con la gente, en medio de ella. Es la parte más complicada. Pero espero que podamos separar la política y la guerra del deporte.

P. No por estar contra la guerra o contra George Bush la gente tiene que ser antiamericana...

R. Nadie quiere la guerra, chascar los dedos y decir: "Que empiece". Nadie. Va en contra del instinto natural. Pero es difícil tomar partido. Me sería más fácil salir y hablar como algunos artistas. Pero he de ser neutral. No quiero la guerra. Pero, como estadounidense, tengo que apoyar al presidente. Mi sentimiento es que hallemos cuanto antes una solución pacífica.

P. ¿Influirá en su rendimiento su separación matrimonial?

R. Podría hacerlo.

P. ¿En qué sentido?

R. En cualquiera. Pero prefiero no comentar mi situación.

P. ¿Por qué a un tejano de Austin, a un hombre de grandes espacios, le ha dado por vivir en Girona, en una zona peatonal?

R. Para mí, la vida es sencilla aquí. Tengo sólo tres cosas que hacer: entrenarme, comer y dormir. La vida en Estados Unidos es más complicada: las ciudades son más grandes, hay más compromisos. Girona me ha apoyado y me respeta mucho.

P. ¿Pasea? ¿Hace la compra?

R. Paseo un poquito, pero no hago la compra. Compro on line. Antes la hacía mi mujer. Ahora también tengo gente a mi servicio: el mecánico y su esposa, que cocina y hace la compra.

P. Cuando sale en bicicleta, ¿tiene miedo? Se dice que los conductores españoles somos peligrosos.

R. No, ¡buenos! Evidentemente, no puedes salir por la N-II. Pero hay carreteras tranquilas. Además, me entreno con un coche detrás. Lo conduce mi masajista.

P. Usted se mantenía distante de la prensa. ¿Ha hecho un esfuerzo este año para ganar simpatías?

R. Me he dado cuenta de que, igual que yo, usted tiene un trabajo. Es mejor para mí hacer esto ahora que en junio, cuando hay más estrés y el entrenamiento es más intenso.

P. ¿Tenía un problema de relaciones públicas?

R. El ciclismo tiene un problema de relaciones públicas. Tampoco es que yo haya manejado estos asuntos a la perfección. Mi problema con las entrevistas es que tengo que hablar de mí y no me gusta.

P. ¿Tímido?

R. No. Sencillamente, a otros les gusta hablar de ellos y a mí no.

P. ¿Reservado?

R. En cierto sentido, sí.

P. Hay crisis de patrocinadores.

R. Es una cuestión de ciclos. Es más un problema económico que de imagen, de dopaje...

P. Se dice que la culpa es suya por concentrarse sólo en el Tour.

R. Lo entiendo. Pero dependo de mi sponsor, United States Postal Service, concentrado al ciento por ciento en el Tour. Tengo que respetar sus deseos. Otras carreras, como el Giro o la Vuelta, tienen una prioridad inferior. Además, es difícil ganar dos grandes vueltas en un año. Si corro el Giro y lo gano, muy bien. Pero será un desastre si luego no gano el Tour.

P. Ed Coyle, el fisiólogo con el que ha trabajado en Austin, ha explicado que, genéticamente, usted no es tan excepcional, sino que su mayor fuerza es la mental y que su mejora en el rendimiento se debe al aumento de su eficiencia pedaleando, un 8% en siete años.

R. La última vez que estuve en su laboratorio fue hace varios años. Los resultados serían diferentes ahora. Pero está claro que soy mucho más eficiente pedaleando.

P. ¿Cuál es la clave?

R. Cambiar de estilo. Estuve muchos años manejando un desarrollo muy grande debido a mis características físicas y eso era menos eficiente.

P. ¿Ha ido también esta temporada al túnel del viento?

R. Sí, en noviembre. Estamos en el límite. Pocas cosas puedo mejorar porque chocamos con las reglas de la UCI [Unión Ciclista Internacional]. Hay límites para la longitud del manillar, para los radios de las ruedas, para el tipo y la forma del cuadro...

P. ¿No hay entonces ninguna posibilidad de mejora?

R. Estamos intentando construir una bicicleta contrarreloj más ligera. La actual es muy pesada: entre nueve y diez kilos. En este Tour habrá contrarrelojs de media montaña y... un kilo de más durante una hora es un montón.

P. Joseba Beloki ha subido tres veces al podio tras usted. Jan Ull-rich también es un habitual. ¿No hay jóvenes al quite?

R. Otra cuestión de ciclos. Hay ahora una ola de grandes corredores que aguantan. Mire, en las clásicas: Museeuw, Tafi, Cipollini..., casi todos llegandos a los 40 años. Tampoco yo soy joven. Así que quizá hasta los 36...

P. Lo que significa que puede ganar nueve o diez Tours.

R. No, no; por favor...

P. Algunos dicen que no se retirará hasta ganar seis.

R. No comment.

P. ¿Hay gente deseando que falle, que no gane más?

R. Seguro que sí. Es la vida.

P. Pero también a la gente le gusta que se batan los récords.

R. No lo veo tan claro. No creo que haya gente esperando que yo o cualquiera bata el récord del Tour. Prefieren que se quede en cinco.

P. ¿Por pensar que así el Tour es más grande?

R. Porque no se trata del récord de Miguel [Induráin] o el de Eddy [Merckx]. Es el récord de todos, antiguo, de hace 40 años.

P. ¿Más motivado por ello?

R. En general, los récords no me motivan. Y éste tampoco.

P. ¿Su sucesor?

R. Roberto Heras, Beloki, Óscar Sevilla... Son los que más posibilidades tienen. En Francia el mejor es Chavanel. ¿Italianos? A Basso le falta mala leche.

P. ¿Y Aitor González?

R. No le conozco.

P. ¿No le ha hablado Heras de él? Le ganó la última Vuelta.

R. Roberto es muy callado.

P. ¿Cree en la resurrección de Ullrich?

R. La deseo. Ha sido mi mayor rival, mi mayor motivación.

P. Usted pasa muchos controles antidopaje al año. ¿Se siente discriminado por que las grandes Ligas de su país no quieran poner en marcha controles serios?

R. No yo; el ciclismo está discriminado. Tenemos menos protección. Si quieren hacer controles a los futbolistas del Madrid, no pueden ir a sus casas, no.

Lance Armstrong, en Lloret de Mar, antes del prólogo de la Setmana Catalana.CARLES RIBAS

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