Riesgo y potencia

Mientras cerca de las doce de la noche del pasado sábado fuerzas antidisturbios procedían a aporrear a cualquiera que se atreviera a pasar por la adyacente calle de la Montera, en el centro de Madrid, apenas veinte metros más allá el sexteto onubense Cultura Probase trataba de crear para el escueto número de espectadores que osaron desafiar el impetuoso celo policial, cuando menos, un ambiente bastante más pacífico.

Confirmando lo exhibido en la presentación que realizaron hace dos años en Madrid de su disco Rituals, la banda de la vocalista Cristina Vázquez dio una nueva lección...

Mientras cerca de las doce de la noche del pasado sábado fuerzas antidisturbios procedían a aporrear a cualquiera que se atreviera a pasar por la adyacente calle de la Montera, en el centro de Madrid, apenas veinte metros más allá el sexteto onubense Cultura Probase trataba de crear para el escueto número de espectadores que osaron desafiar el impetuoso celo policial, cuando menos, un ambiente bastante más pacífico.

Confirmando lo exhibido en la presentación que realizaron hace dos años en Madrid de su disco Rituals, la banda de la vocalista Cristina Vázquez dio una nueva lección de rock irredento, con señas de identidad contemporánea y que no esconde el componente de música de baile que lo complementa.

En su nuevo disco, People like us, el grupo aporta su lado más house, que se ve claramente beneficiado por lo potente de su sonido, que no admite matices por lo suave, sino siempre por lo fuerte. DJs, base rítmica y crudas guitarras envuelven la voz de una solista que sigue siendo convincente y de la que sólo cabría preguntarse si no la haría igual de bien en castellano y se podría, así, entenderla además de disfrutar de su timbre vocal.

Rock potente y con sentido del riesgo que no da, eso sí, demasiadas facilidades al oyente común; y eso, con canciones tan interesantes como Opium, Something sweet y One sense madness, siempre es una pena.