Reportaje:

Un drama luminoso en el sur de Madrid

Gracia Querejeta rueda entre Aluche y el futuro parque del Manzanares su cuarto filme, 'Héctor'

Es invierno pero necesitan sol, mucho sol. En una colina abandonada de lo que será el futuro parque del Manzanares, en el madrileño barrio de La China, se reúnen los tres actores más jóvenes de Héctor, la cuarta película de Gracia Querejeta (Madrid, 1962). Nilo Mur, Unax Ugalde y Nuria Gago ruedan una secuencia que ocurre el día de Navidad. En el set hay columpios viejos y chatarra pero hoy (un viernes de marzo) no luce el sol y el trabajo se retrasa. "Queremos mucho sol. Es uno de esos inviernos de Madrid con mucha luz", explica la directora de la película, que prefiere no conta...

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Es invierno pero necesitan sol, mucho sol. En una colina abandonada de lo que será el futuro parque del Manzanares, en el madrileño barrio de La China, se reúnen los tres actores más jóvenes de Héctor, la cuarta película de Gracia Querejeta (Madrid, 1962). Nilo Mur, Unax Ugalde y Nuria Gago ruedan una secuencia que ocurre el día de Navidad. En el set hay columpios viejos y chatarra pero hoy (un viernes de marzo) no luce el sol y el trabajo se retrasa. "Queremos mucho sol. Es uno de esos inviernos de Madrid con mucha luz", explica la directora de la película, que prefiere no contar qué ocurre en esa secuencia. "Éste es un lugar importante para los personajes, vienen aquí de vez en cuando y lo que ocurre hoy aquí es fundamental para la trama".

Héctor es un drama familiar que gira en torno a un adolescente de 16 años que se instala en casa de sus tíos tras la muerte de su madre. El padre de Héctor regresa desde México y ocurre "lo que suele ocurrir cuando vuelve un muerto", explica la directora.

El rodaje comenzó hace más de un mes y aún falta tiempo hasta que termine, previsiblemente a mediados de abril. La película, escrita por la directora y David Planell, "transcurre en un tiempo interno de 20 días, y tiene que ver con cómo las cosas pueden transformarse, no completamente pero sí en buena medida, a lo largo de ese corto espacio de tiempo. Ocurren cosas inesperadas que hacen replantearse a los personajes su vida, o al menos cómo viven su vida". "Es un drama, sí", continúa Querejeta, "pero un drama con final feliz. La película se llama Héctor porque así se llama el adolescente que irrumpe en sus vidas, pero los conflictos que se plantean no tienen que ver sólo con la problemática de un adolescente, sino con otras cosas, como la moral, el dinero, la soledad...".

Adriana Ozores (una actriz que ya trabajó con Querejeta en su filme anterior, Cuando vuelvas a mi lado), Joaquín Climent, Damián Alcázar y Pepo Oliva interpretan a los adultos de la historia. Unos tíos, un padre y el cura. "La familia es un terreno enorme para explorar", afirma Gracia Querejeta, que debutó en 1992 con Una estación de paso, que en 1996 adaptó la novela de Javier Marías Todas las almas (El último viaje de Robert Rylands) y que escribió, junto a su padre (el productor Elías Querejeta) y Manuel Gutiérrez Aragón su último filme, Cuando vuelvas a mi lado, el desgarrado drama sobre el reencuentro de tres hermanas tras la muerte de su madre. "No sé por qué resulta extraño que la familia vuelva a ser el centro de una película mía, la familia es un lugar muy grande en el que caben cientos de historias, es el centro de todo tipo de pasiones. La familia es, finalmente, algo más que padres e hijos, la familia son también todos aquellos que deciden tener una amistad comprometida".

Del reparto de Héctor la elección de su protagonista fue lo que más trabajo y tiempo llevó a la directora y su equipo. Tras buscar durante meses en colegios e institutos, el elegido fue Nilo Mur, un joven barcelonés que había trabajado en El mar, de Agustí Villaronga, con el que la madre de Mur -Lydia Zinnermann- codirigió Aro Tolbukhin: en la mente del asesino. Mur ha vuelto hace poco a Barcelona para examinarse de las asignaturas de primero de bachillerato. En Madrid vive en un apartamento con Nuria Gago (su prima Fanny en la película), tiene un profesor particular y según cuentan un carácter muy parecido al del personaje que interpreta, "tímido pero directo, un poco como yo", dice la directora. "Me obsesiona rescatar a los personajes", añade. "No quiero que empiecen en un agujero y terminen en otro peor. Si en una película tienes que plantear en hora y media la evolución de unas personas yo prefiero que esa evolución siempre sea hacia algo positivo. Personalmente, lo necesito".

Gracia Querejeta, con su padre, el productor, Elías Querejeta.GORKA LEJARCEGI
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