Corea del Norte agoniza en silencio
Un enviado especial narra su viaje al país más secreto del mundo
Hambre y desolación. En los hospitales destartalados de Haeju o en las carreteras desvencijadas que conducen a Kaesong es lo que ha visto el enviado especial de EL PAÍS durante una semana de visita a Corea del Norte. Lejos del impresionante desfile militar del 50º aniversario de la independencia y de los eslóganes propagandísticos, Corea del Norte es un país arrasado en el que casi nada funciona y cuyos habitantes, hambrientos y frecuentemente enfermos, sufren en silencio. En el último baluarte del estalinismo en el mundo, nadie se atreve a rebelarse....
Hambre y desolación. En los hospitales destartalados de Haeju o en las carreteras desvencijadas que conducen a Kaesong es lo que ha visto el enviado especial de EL PAÍS durante una semana de visita a Corea del Norte. Lejos del impresionante desfile militar del 50º aniversario de la independencia y de los eslóganes propagandísticos, Corea del Norte es un país arrasado en el que casi nada funciona y cuyos habitantes, hambrientos y frecuentemente enfermos, sufren en silencio. En el último baluarte del estalinismo en el mundo, nadie se atreve a rebelarse.