Crítica:19º FESTIVAL DE CANARIAS

La flexibilidad de la WDR de Colonia

Tras el Brahms de la Orquesta del Concertgebouw, el festival canario ofreció la actuación de la Sinfónica de la Radio de Colonia (WDR), fundada en 1945. Es una formación superflexible y brillante, que ha desempeñado un papel protagonista en el desarrollo de la música contemporánea con encargos múltiples, Penderecki, Berio, Cage, Nono, Ligeti o Stockhausen, pero que es igualmente apta para el repertorio de estética tradicional. No deja de ser curioso e interesante que la WDR esté en el archipiélago con su coro para ofrecer a los tinerfeños la Sinfonía de los salmos, de Stravinski; a los ...

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Tras el Brahms de la Orquesta del Concertgebouw, el festival canario ofreció la actuación de la Sinfónica de la Radio de Colonia (WDR), fundada en 1945. Es una formación superflexible y brillante, que ha desempeñado un papel protagonista en el desarrollo de la música contemporánea con encargos múltiples, Penderecki, Berio, Cage, Nono, Ligeti o Stockhausen, pero que es igualmente apta para el repertorio de estética tradicional. No deja de ser curioso e interesante que la WDR esté en el archipiélago con su coro para ofrecer a los tinerfeños la Sinfonía de los salmos, de Stravinski; a los grancanarios, la Sinfonía Leningrado, de Shostakóvich, y unos y otros, el estreno de Hoch-Zeiten, nueva "entrega" del gran empeño de Stockhausen, iniciado hace 27 años: Licht (Luz). Ha sido el encargo del presente festival y será tan "sonado" como el tan distinto solicitado en la edición anterior a Luciano Berio, o sea, el nuevo final de Turandot, de Puccini.

Orquesta de la Radio de Colonia

Director: S. Bychkov. Auditorio Alfredo Kraus. Las Palmas, 31 de enero.

El mundo de Invención y Descubierta, propio del músico alemán, en el que el hecho musical parte de la renovación de la materia gracias a la mezcla de fuentes tradicionales y tecnología electroacústica, tiene poco que ver con la gran Sinfonía número 7, Leningrado, de Dimitri Shostakóvich, pero todo puede convivir en la historia y hasta liberarse de las circunstancias extramusicales que rodearon una Heroica, de Beethoven, una obertura de Chaikowski como 1812 o, en 1942, una Leningrado. Incluso en el caso de la música, el valor testimonial disminuye por la misma abstraccion del lenguaje sonoro, de modo que, una vez más, podemos ahorrarnos alusiones ajenas al arte: Shostakóvich es ya historia musical con contribuciones tan valiosas y representativas como sus óperas o su excelente música de cámara, mientras que la Sinfonía número 7 parece necesaria para explicar el curso evolutivo de su autor.

De cualquier modo, bueno será decir que la Orquesta de Colonia, con un director de la valía y la fuerte personalidad de Semyon Bychkov (Leningrado, 1952), hizo una magnífica versión de la partitura en sus momentos de más serena belleza, en las tensiones y distensiones o en la prolongada insistencia del tema banalísimo de la marcha en el Allegretto inicial. Largas ovaciones rubricaron la esplendorosa ejecución de los profesores de Colonia. Otra formación, esta vez austriaca, la Bruckner, de Linz, tiene a su cargo, los días 9 y 11 de febrero, la primera audición de Archipiélago, suite de Joan Guinjoan, escrita, como la obra de Stockhausen, por encargo del 19º Festival.

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