Crónica:

Tana y dos hijos de ilustres

Los pequeños Futre y Tscheryshev brillan en el torneo de Maspalomas

De entre toda la chavalería menor de doce años que comenzó ayer a disputar el torneo internacional de fútbol-7 en Maspalomas(Gran Canaria), destacan tres nombres: Tana, un diminuto jugador del Las Palmas que hizo diabluras ayer, y dos hijos de ilustres, Fabio Jorge Pinto Futre, hijo de Paulo Futre, y Dennis Tscheryshev, hijo de Dimitri Tscheryshev. Apellidos que hasta hace poco se oían con intensidad por los altavoces de los estadios de Primera División, en especial el primero.

Como no podía ser de otro modo, Fabio siempre ha ido embuchado en la elástica del Atlético, club del que su pa...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

De entre toda la chavalería menor de doce años que comenzó ayer a disputar el torneo internacional de fútbol-7 en Maspalomas(Gran Canaria), destacan tres nombres: Tana, un diminuto jugador del Las Palmas que hizo diabluras ayer, y dos hijos de ilustres, Fabio Jorge Pinto Futre, hijo de Paulo Futre, y Dennis Tscheryshev, hijo de Dimitri Tscheryshev. Apellidos que hasta hace poco se oían con intensidad por los altavoces de los estadios de Primera División, en especial el primero.

Como no podía ser de otro modo, Fabio siempre ha ido embuchado en la elástica del Atlético, club del que su padre es director deportivo. Diestro y con el pelo corto, fue el mejor de su equipo contra el Inter de Milán. Metió un gol a base de rapidez y regate y dio la asistencia del segundo. "Aún es pronto para saber si se va a dedicar al fútbol. Lo importante es que se divierta y que le ponga ganas", comenta Futre padre con orgullo.

La presión que ha de soportar Dennis Tscheryshev es algo mayor. Su padre, ex del Sporting, decidió trasladarse a Madrid y jugar en el Aranjuez, conjunto de la Regional Preferente, una vez que Dennis fue seleccionado para el Real Madrid. Al igual que su progenitor, la posición natural de Dennis es la de delantero. No se amilana ante ningún defensa por muy alto y grande que sea, a pesar de que es incapaz de llenar el pantalón. Lo suyo es correr y mostrar en todo momento una pizca de mala leche. Sólo se le cambia ese gesto rabioso cuando llama a su padre para contarle que ha metido algún gol. Justo lo que hizo ayer.

Archivado En