"Debería meter más goles; tener más egoísmo"

José María Movilla (Madrid, 1975) se hunde en un sofá y su cuerpo menudo, coronado por su característica cabeza rapada, queda absorbido por el cuero negro. Entonces, Movi, que ha pasado de sentarse en el cemento de la grada del Calderón cuando era un niño a ser uno de los jugadores más queridos por la hinchada del Atlético, que hoy visita a Osasuna (21.30, televisiones autonómicas), empieza a hablar. De fútbol, claro. Sus maneras son pausadas, sin movimientos bruscos o forzados. Técnico y disciplinado, ha salido de la suplencia a la que le relegaron Albertini y Emerson.

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José María Movilla (Madrid, 1975) se hunde en un sofá y su cuerpo menudo, coronado por su característica cabeza rapada, queda absorbido por el cuero negro. Entonces, Movi, que ha pasado de sentarse en el cemento de la grada del Calderón cuando era un niño a ser uno de los jugadores más queridos por la hinchada del Atlético, que hoy visita a Osasuna (21.30, televisiones autonómicas), empieza a hablar. De fútbol, claro. Sus maneras son pausadas, sin movimientos bruscos o forzados. Técnico y disciplinado, ha salido de la suplencia a la que le relegaron Albertini y Emerson.

Pregunta. Usted sale de titular y el equipo empieza a ganar.

Respuesta. Es casualidad. Estamos aprovechando el buen momento físico, solucionando los errores de principios de temporada en la defensa, y estamos más conjuntados.

"El futbolista piensa en sí mismo y su alineación favorita siempre empieza con un nombre: el suyo"

P. Siempre hablan de la adaptación de los nuevos fichajes

R. Los nuevos se tienen que acoplarse a todo: al grupo, al sistema y a la ciudad. Los factores no futbolísticos también influyen.

P. ¿Y cómo se conjuntan?

R. La base es la repetición de esquemas y movimientos.

P. ¿Ganan partidos porque están en el pico bueno de forma y luego vendrá el bache?

R. No creo. Ya tenemos experiencia en el tema físico. Vamos de menos a más para terminar bien la segunda vuelta. El preparador físico lo tiene todo muy controlado y no creo que haya altibajos.

P. ¿Qué ha aprendido de sus compañeros en la medular?

R. No sólo me fijo en ellos. Me fijo en todos los jugadores de la plantilla. Aunque no tengo condiciones para imitarles, les miro con lupa los gestos, los movimientos.

P. Ya, pero de Nagore, Albertini y Emerson ¿qué admira más?

R. De Nagore, el desplazamiento en largo con las dos piernas; de Albertini, el control orientado para rápidamente entregar el balón, y de Emerson, la colocación defensiva.

P. ¿Dónde se siente más cómodo jugando? ¿De media punta?

R. No; de media punta, no. Si tuviera que decir dónde me siento más a gusto es por delante de la línea de cuatro de la defensa. El año pasado jugué mucho con Nagore y era él quien hacía esa función. Yo tenía que enlazar la media con la delantera. Pero eso no es ser media punta. Eso es ser un medio adelantado que tiene que mover la pelota en el segundo pase.

P. ¿Qué equipo le ha dejado con la boca abierta?

R. Los años de Johan Cruyff en el Barcelona, el Dream Team. Tocar el balón, jugar por las bandas y con mucho apoyo hasta encontrar el hueco: me encandiló.

P. Últimamente no está conectando ese último pase hacia adelante, a los delanteros.

R. No estoy metiendo el último pase, pero estoy utilizando otras opciones, como las bandas.

P. Ya, pero ¿no cree que debería enlazar más con los puntas?

R. Jugamos sobre todo por las bandas y por eso tenemos muchísimas ocasiones. Somos el equipo más ofensivo o, al menos, el que más ocasiones tiene.

P. Hablando de bandas, las dos alas son muy diferentes entre sí: José Mari y Stankovic.

R. Sí, claro, es diferente, pero sabes cómo hay que jugar a un compañero, si al pie o en largo. Un balón el hueco, por su zancada, José Mari te lo pilla. Stankovic sale muy bien del uno contra uno y se la das más en corto, más al pie.

P. A Stankovic le pasa sin mirar.

R. Está todo mecanizado desde el año anterior. Stankovic siempre está ahí, pero también otros compañeros. Con él sabes que te va a pedir el balón entre el lateral y el central o al pie.

P. Su punto débil es el remate de cabeza.

R. Siempre he ido mal de cabeza, pero opino que el balón donde tiene que estar más tiempo es en el suelo, su sitio natural.

P. ¿Qué piensa cuando marca?

R. La verdad, nada en especial. Debería meter más goles por temporada, tener más egoísmo, pero también me satisface elaborar las jugadas.

P. ¿Cómo llevó la suplencia?

R. Hombre, mal. El futbolista es egoísta y su alineación favorita siempre empieza con un nombre: el suyo. De todas maneras, en todos los órdenes de la vida los malos momentos se superan con esfuerzo y esperanza. Nunca hay que arrojar la toalla. Hay que seguir siempre al frente.

P. Alguna vez desconectarán del fútbol, ¿no?

R. Convivimos 24 horas con el fútbol. Hay gente que es capaz de desenchufarse cuando sale del entrenamiento, pero yo sigo enganchado todo el día.

P. ¿Cuál es su principal rasgo de carácter?

R. No me gusta resaltar. Prefiero pasar más inadvertido.

P. ¿A quién admiró más como jugador en su puesto?

R. En activo, a Guardiola. De hace años, a Schuster o Alemão.

P. Realmente, ¿qué puede hacer el Atlético esta temporada?

R. No se sabe cuál es la Liga del Atlético ahora. Sólo podemos especular.

P. Se les habrá pasado el complejo de ser de Segunda.

R. Este equipo nunca ha tenido complejo de Segunda, aunque sea un recién ascendido.