El Camp Nou pone a prueba al Comité

Los incidentes del clásico pueden propiciar hoy el primer cierre de la historia del campo del Barça

La amenaza de cierre pende sobre el Camp Nou y hoy puede quedar certificado por el Comité de Competición. El Barça es consciente del peligro que corre y ha echado mano de cualquier hilo para evitar ese borrón. El reglamento de la Federación abre un abanico de posibilidades para graduar los incidentes del Barça-Madrid del sábado y que van desde "muy graves" (cuya sanción oscila desde los cuatro partidos al cierre de un estadio toda la temporada), "graves" (de uno a tres partidos) o "leves" (una multa, la sanción que persigue el Barça). El Camp Nou, que nunca antes ha sido clausurado, tiene a su...

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La amenaza de cierre pende sobre el Camp Nou y hoy puede quedar certificado por el Comité de Competición. El Barça es consciente del peligro que corre y ha echado mano de cualquier hilo para evitar ese borrón. El reglamento de la Federación abre un abanico de posibilidades para graduar los incidentes del Barça-Madrid del sábado y que van desde "muy graves" (cuya sanción oscila desde los cuatro partidos al cierre de un estadio toda la temporada), "graves" (de uno a tres partidos) o "leves" (una multa, la sanción que persigue el Barça). El Camp Nou, que nunca antes ha sido clausurado, tiene a su favor que ninguno de los miembros del cuarteto arbitral y ningún jugador resultó herido, por lo que podría librarse de que el castigo fuera clasificado como "muy grave". El estadio del Sevilla fue clausurado este año con cuatro partidos al ser agredido el portero bético Prats por un espectador que saltó al campo y al propinar unos jóvenes una paliza a un guarda jurado.

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Josep Maria Coronas, abogado y portavoz del Barça, fue ayer contundente al expresar la opinión del club: "Con la ley en la mano, el campo no se puede cerrar". Dirigentes del Barça han insistido en que los incidentes no cumplen los requisitos para ser considerados siquiera como "graves", pero la interrupción del partido durante 12 minutos puede convertirse en un dato fundamental para que el Comité de Competición los catalogue así. El acta del árbitro, además, contiene detalles que pueden redundar en esa clasificación, como son las varias ocasiones en que hubo un "lanzamiento de multitud de botellas" y de "todo tipo de objetos". Incluso el colegiado menciona "la imagen de antideportividad que se estaba dando". No sería, por otra parte, la primera vez que Competición recurre al término "alarma social" para adoptar sanciones.

Redes y más controles

La directiva azulgrana insistió ayer en su tesis de que el cierre es una medida absolutamente desproporcionada. Coronas convocó al mediodía una intervención para defender la actitud del Barça. La basó en dos aspectos: el primero, que el dispositivo de seguridad organizado por la Policía y el propio club fue el correcto porque no hubo agresiones físicas ni invasión del campo; y, el segundo, que los objetos lanzados no podían representar "ningún peligro", salvo una "botella de vidrio" (se supone que Coronas aludía a la de whisky) y un teléfono móvil. "Ni la botella ni el teléfono fueron lanzados al paso de los jugadores", señaló Coronas, que ignoró en su discurso los mecheros, los envases de vidrio de refrescos, las bolas de golf, algunas monedas de dos euros y, entre otras cosas, la cabeza de un cerdo, que cayó en el lateral del gol sur, grada opuesta a la de los boixos nois.

Coronas afirmó que el club aguarda las investigaciones policiales y de su propio servicio de seguridad para identificar a través de las pantallas de televisión a los espectadores que arrojaron los objetos que podían haber resultado impactantes. "Si se prueba su autoría", dijo "seremos contundentes y promoveremos su expulsión del club". No es la primera vez que el Barça anuncia una medida similar contra un socio. Muchas veces acaba en nada. El club retiró, por ejemplo, el carnet a un aficionado detenido por agredir a un cámara en el palco en el Barça-Osasuna de 2001. Hace poco, el mismo joven fue visto en un ensayo del Barça celebrado a puerta abierta en el Miniestadi. "¡Ese seguidor no consta en el Barça!", dijo Coronas, sorprendido, cuando se le trasladó el comentario. "Pero ya lo estudiaremos".

La junta, ante la avalancha de críticas, ha procurado ignorar la primera parte del análisis del presidente Joan Gaspart tras el partido, cuando culpó a Figo de provocador y se ha centrado sólo en la segunda, cuando reprochó el lanzamiento de objetos. El césped del estadio, apenas dos horas después del encuentro, ofrecía la misma imagen de un descampado de una fiesta sin papeleras. Botellas, paquetes de tabaco, bolsas de palomitas, latas de cerveza y hasta cáscaras de huevo. Los trabajadores de la limpieza retiraron ayer los escombros de las graderías y encontraron los restos de los cartuchos de las bengalas encendidas al inicio del clásico. "Ya sabemos que esos artilugios están prohibidos en el estadio. A partir de ahora, reforzaremos los chequeos en los controles de acceso y extenderemos las redes de los dos goles hasta los córners", señaló Coronas. La primera prueba se verá la próxima semana, ante el Newcastle, en la Liga de Campeones, y, dentro de dos, ante el Sevilla

Gaspart ya dijo, después de que el Camp Nou fuera multado y apercibido de cierre por la UEFA por los incidentes ante el Panatinhaikos, que se vería obligado a instalar unas redes. Nunca aparecieron.

Figo, rodeado de policías, intenta sacar un córner en el Barcelona-Real Madrid.CARLES RIBAS

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